Mucho más contagiosa que la cepa original, se expandió por todo el mundo. Las dos dosis de las vacunas, claves para enfrentarla.
Las mutaciones del coronavirus plantean un enorme desafío en la gestión de la pandemia. Estas pueden derivar en nuevas variantes del virus, más contagiosas y más virulentas, que tengan una mayor resistencia a los tratamientos y/o que puedan evadir con más éxito la acción de las vacunas. De todas las variantes que emergieron del SARS-CoV-2, la que más en alerta ha puesto al mundo es la llamada Delta. Esto es lo que se sabe hasta ahora de la variante y a lo que debemos prestarle atención.
El origen
El linaje B.1.617.2 se detectó por primera vez en octubre del año pasado en la India y, por eso, se lo identificó con ese nombre hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió cambiar la nomenclatura por letras del alfabeto griego y denominarlo variante Delta. El 4 de abril, Delta fue considerada una variante de interés por la OMS por el crecimiento de casos a nivel global vinculados con ella y, un mes después, el 11 de mayo, entró en la categoría de variante de preocupación (VOC).
Hasta agosto, ya 142 países habían reconocido contagios en su población con esta variante, que ya se volvió la dominante en Reino Unido y Estados Unidos, además de la India.
En Argentina, los primeros dos casos de Delta se notificaron en mayo, en dos viajeros procedentes de Francia. Desde entonces, se reportaron casos de esta variante en 10 distritos, con situaciones de brote como el que se dio en la provincia de Córdoba y en una escuela de Capital Federal. Los primeros casos sin nexo de viaje fueron informados a fines de julio y fuentes oficiales asumen que también en ciertos puntos de Argentina hay circulación comunitaria de Delta.
Algunos reportes señalan que los infectados con la variante Delta pueden tener síntomas diferentes que con la cepa original. La tos y la pérdida de olfato serían menos comunes con este linaje, en tanto que se reportaron con más frecuencia dolor de cabeza, dolor de garganta, fiebre y congestión nasal. La Delta Plus, que tiene una nueva mutación en la proteína spike, es considerada una subvariante de Delta y se propaga menos.
¿Por qué Delta es tan preocupante?
La variante Delta es altamente contagiosa y eso ha sido determinante para que se generara una tercera ola de casos en países del hemisferio norte y también en África. Delta es dos veces más contagiosa que las variantes anteriores. Su R0 es en promedio 5.08 (cada infectado contagia a 5 personas), significativamente superior que el de las variantes que no son de preocupación. En Estados Unidos, por ejemplo, Delta se extendió un 50% más rápido que Alpha (Reino Unido), que ya había sido un 50% más contagiosa que la cepa de Wuhan.
Estudios realizados en China determinaron que los infectados por Delta tienen una carga viral 1.000 veces más alta que con la cepa de Wuhan y aquí está la clave de su alta transmisibilidad: con una replicación viral más rápida, hay una mayor contagiosidad en el inicio de la infección y también se acorta el período de incubación. Ante un contacto cercano, la exposición es mucho más riesgosa que con las cepas previas.
Por una progresión matemática, al provocar más casos, un porcentaje de estos casos puede presentar complicaciones y requerir internación. Pero, independientemente de esto, hay estudios que señalan que también es más virulenta y que puede causar un cuadro más grave en las personas no vacunadas que las variantes previas.
Las vacunas, la clave
Todas las vacunas aprobadas contra el Covid son efectivas frente a la variante Delta, aunque se observa una leve disminución de la eficacia respecto a la cepa original. Según los reportes del Instituto Gamaleya, la efectividad con dos dosis de Sputnik V disminuye solo en dos puntos porcentuales (de 92% a 90%). Con Pfizer y AstraZeneca, la disminución es mayor: de 95% a 88% con la vacuna estadounidense y del 92% al 67% en la inglesa. En el caso de Sinopharm, la reducción en los títulos de anticuerpos es de 1,38 veces, pero los niveles son similares a la respuesta inmune que desarrollaron frente a Delta quienes ya habían tenido Covid previamente.
Por esta capacidad que tiene Delta de evadir en parte la acción vacunal, es muy importante tener los esquemas de vacunación completos, en el caso de los desarrollos que requieren más de una dosis. Las vacunas disminuyen considerablemente el riesgo de sufrir enfermedad grave, pero las infecciones también pueden ocurrir en los vacunados y éstos también pueden contagiar.
La importancia de la prevención
Este último dato, el de la infección a pesar de estar vacunado, es muy significativo en el caso de la Delta, justamente por su alta contagiosidad.
Delta genera una alta carga viral en la nariz y la garganta, por lo cual los vacunados pueden propagar el virus como una persona no vacunada. Pero en los inmunizados el material genético viral disminuye más rápido, por lo cual las personas vacunadas contagian por menos tiempo que quienes no están inmunizados.
Por todo esto, frente a la circulación comunitaria de Delta y la posibilidad de que precipite una tercera ola de casos de Covid, como ocurrió en otros países, resulta imperioso mantener las medidas de precaución para evitar el contagio del virus, como el distanciamiento social, el uso de tapabocas en las situaciones que lo requieren, aislarse frente a síntomas posibles del SARS-CoV-2, realizarse el testeo en el momento indicado y mantener el aislamiento en caso de dar positivo.
Centros para el Control de Enfermedades de EE.UU., Universidad de Yale, Informe de Vigilancia Genómica del Ministerio de Salud de la Nación, Unicef, Naciones Unidas, RedAcción, Clarín