La exposición al humo del cigarrillo, en forma activa o pasiva, puede incrementar la cantidad de células infectadas con coronavirus. Nuevos estudios publicados en medios especializados demuestran sus implicancias y coexistencia con otras enfermedades, como la influenza y la neumonía.
El tabaquismo mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año. Más de siete millones de esas muertes se deben al consumo directo del tabaco y aproximadamente 1,2 millones al humo ajeno al que están expuestos los no fumadores.
El tabaquismo, además, deteriora la función pulmonar y eso dificulta que el cuerpo luche contra el Covid-19, la enfermedad infecciosa que ataca principalmente los pulmones. Varios estudios de expertos en salud pública y sociedades científicas publicados en medios especializados afirman que los fumadores tienen más probabilidades de desarrollar síntomas graves en caso de padecer la enfermedad que provoca el virus SARS-CoV-2, en comparación con los no fumadores.
Un factor de riesgo significativo
En un reciente estudio científico, investigadores británicos y estadounidenses confirmaron que el tabaquismo es un factor de riesgo significativo para las infecciones virales y bacterianas del sistema respiratorio, y los fumadores tienen cinco veces más probabilidades de desarrollar influenza y dos veces más probabilidades de tener neumonía. La investigación, publicada a principios de enero en la revista Thorax del British Medical Journal (BMJ), determina que fumar duplica el riesgo de desarrollar un caso grave de coronavirus y necesitar hospitalización.
Y encontró que los fumadores tienen un 14% más de probabilidades de tener los tres síntomas principales del coronavirus: fiebre, tos persistente y dificultad para respirar. Pero los fumadores también tienen un 50% más de riesgo de desarrollar más de diez síntomas a la vez, que incluyen -entre otros- tos, fiebre, pérdida del olfato, pérdida del apetito, diarrea, fatiga, confusión o dolor muscular, que las personas que no fuman.
Los datos del estudio fueron recopilados de 2,4 millones de británicos que descargaron la aplicación de seguimientos de casos de Covid-19, llamada ZOE del King’s College London entre el 24 de marzo y el 23 de abril del año pasado, de los cuales alrededor del 11% eran fumadores. Los participantes enviaron varios datos sobre los síntomas que surgieron ante un resultado de laboratorio positivo.
Mayor riesgo de infección grave
Otro estudio, publicado en la revista Cell verificó que la exposición directa al humo del cigarrillo aumenta la gravedad de la infección por SARS-CoV-2 porque aumenta la cantidad de células infectadas con el virus.
El trabajo también destaca que la infección causada por el nuevo coronavirus inhibe la respuesta de reparación de las células madre basales de las vías respiratorias y el humo del cigarrillo reduce las respuestas inmunitarias innatas con una peor infección por SARS-CoV-2.
Los investigadores de la Facultad de Medicina David Geffen de Los Ángeles, Estados Unidos, usaron un modelo de tejido de las vías respiratorias creado a partir de células madre humanas para evidenciar cómo el tabaquismo causa una infección más grave y es una de las causas más comunes de enfermedades pulmonares, incluyendo el cáncer de pulmón y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
La mayoría de los estudios demográficos de los pacientes con Covid-19 indicaron que los fumadores tienen un mayor riesgo de infección grave y muerte.
Para ayudar a entender cómo el tabaquismo afecta la infección del SARS-CoV-2 a nivel celular y molecular, el equipo utilizó una plataforma conocida como cultivo de interfaz aire-líquido a partir de células madre de las vías respiratorias humanas, que reproduce fielmente cómo se comportan y funcionan las vías respiratorias en los seres humanos.
Las vías respiratorias, que llevan el aire respirado desde la nariz y la boca a los pulmones, son la primera línea de defensa del cuerpo contra los patógenos transportados por el aire como los virus, las bacterias y el humo.
Los cultivos utilizados en el estudio fueron generados a partir de células madre de las vías respiratorias extraídas de los pulmones de cinco donantes de tejidos jóvenes, sanos y no fumadores.
Para replicar los efectos del tabaquismo, los investigadores expusieron estos cultivos de las vías respiratorias al humo del cigarrillo durante tres minutos al día durante cuatro días. Después, el grupo infectó los cultivos expuestos al humo del cigarrillo, junto con cultivos idénticos que no habían sido expuestos, con el virus vivo del SARS-CoV-2 y se compararon los dos grupos. En los modelos expuestos al humo, los investigadores vieron entre dos y tres veces más células infectadas.
Avanzando aún más en sus análisis, los investigadores determinaron que fumar resultó una infección más severa de SARS-CoV-2, al menos en parte, al bloquear la actividad de las proteínas mensajeras del sistema inmunológico llamadas interferones, que desempeñan un papel fundamental en la respuesta inmunológica temprana del organismo al provocar que las células infectadas produzcan proteínas para atacar al virus, convocando el apoyo adicional del sistema inmunológico y alertando a las células no infectadas para que se preparen para combatir el virus.
Una “oportunidad” para erradicar un hábito letal
El tabaquismo es un factor de riesgo importante de enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiovasculares, el cáncer, algunas respiratorias y la diabetes.
Ante la irrupción mundial del nuevo coronavirus, los datos de investigación disponibles hasta la fecha son contundentes: los fumadores tienen un mayor riesgo de desarrollar síntomas graves y de fallecer a causa del Covid-19.
Por eso, especialistas en salud pública, neumólogos y sociedades científicas de distintos países del mundo creen que es el momento de impulsar acciones tendientes para erradicar el tabaquismo porque consideran que la pandemia es “la oportunidad” de poner fin a una adicción letal.
La OMS subraya la importancia de realizar estudios sistemáticos, de calidad y aprobados que contribuyan a mejorar la salud individual y pública, al tiempo que recomienda a los fumadores intentar dejar de fumar lo antes posible con ayuda profesional y mediante métodos de eficacia comprobada.
Los beneficios de dejar de fumar no tardan en llegar: a los 20 minutos se reducen la tensión arterial y la frecuencia cardíaca elevadas; a las 12 horas, el nivel de monóxido de carbono en el torrente sanguíneo vuelve a la normalidad; entre las 2 y 12 semanas, mejoran la circulación y la función pulmonar y, en el transcurso de 1 a 9 meses, se reducen la tos y la disnea.
Fuentes: Organización Mundial de la Salud (OMS); Revista Cell; Revista Thorax del British Medical Journal (BMJ); King’s College London