Nuestros sistemas sanitarios necesitan replantearse para poner al paciente en el centro. Y la tecnología es una oportunidad para lograrlo.
Los sistemas de salud en América Latina tienen problemas de eficiencia y eso se traduce no sólo en mayores costos sino también, y lo más importante, en una mala calidad de atención. Las dificultades financieras son un obstáculo y -muchas veces- el argumento que esgrimen los gobiernos para no avanzar en transformaciones que puedan redundar en beneficios reales para los ciudadanos y, en consecuencia, para todo el ecosistema. De todos modos, no siempre es una cuestión de inversión, sino de innovación y, en este sentido, la salud digital puede ser una oportunidad para avanzar hacia un modelo basado en el valor que transforme la atención médica.
Qué es la atención médica basada en el valor
El concepto de atención médica basada en el valor fue descripto en 2010 en un artículo en el New England Journal of Medicine por el profesor de Harvard Michael Porter.
Lo que propone es una estrategia para reestructurar los sistemas de salud con el objetivo de generar valor para los pacientes a través de una doble vía: mejorando los resultados al tiempo que se reducen los costos.
Lo interesante de este cambio de paradigma que propone Porter es que la mejora de la calidad y la sustentabilidad no son opuestos, sino que, por el contrario, se complementan. Y el objetivo para lograrlo es poner al paciente en el centro, por lo cual también se habla de un modelo de atención centrado en el paciente.
¿Qué es lo que define a la calidad en la atención médica? Además de estar centrada en el paciente, debe ser efectiva y por supuesto segura. Todo esto implica que los ciudadanos puedan acceder a servicios de diagnóstico y tratamiento con características claras:
- Equitativos: que para su acceso no importen su sexo, religión, grupo étnico, condición socioeconómica o lugar de residencia.
- Oportunos: que no haya demoras que terminen resultando perjudiciales.
- Integrados: que ofrezcan a las personas todos los servicios que requerirán a lo largo de sus vidas.
- Eficientes: que maximicen el beneficio de los recursos disponibles.
Los datos reflejan cómo cuando la atención médica no cumple los parámetros de calidad, las consecuencias son importantes. En América Latina, el 30% de las muertes evitables se produce por falta de acceso a la atención y el 70%, por una atención deficiente. Según la Organización Mundial de la Salud, el riesgo de morir por un error médico durante una internación hospitalaria es mucho mayor que el de un accidente aéreo: 1 en 300 contra 1 en 3 millones.
Cómo la salud digital puede mejorar la atención
La transformación digital de la salud posibilita repensar completamente este sector a través de las tecnologías, que permiten cambiar las reglas de participación, formas de trabajo y los modos de interactuar. Como señala el Banco Interamericano de Desarrollo en su informe “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe”, este nuevo paradigma es una ventana para que la región replantee sus sistemas actuales.
La implementación de las historias clínicas electrónicas, las recetas digitales, la telemedicina y las apps de salud como principales recursos pueden traer beneficios concretos:
- La telemedicina facilita el acceso de los pacientes a la atención médica si están en lugares remotos o no pueden desplazarse y también lo hace en el caso de las interconsultas.
- La disponibilidad directa de las imágenes, estudios de laboratorio y protocolos actualizados contribuye a la toma de decisiones acertadas, reduciendo los errores médicos.
- La sistematización de todos los pedidos médicos, resultados y prescripciones evita la duplicación de procedimientos.
- La receta electrónica reduce errores causados por la falta de legibilidad.
- Los dispositivos móviles de salud mejoran la adherencia al tratamiento tanto farmacológico como en cuanto a pautas de comportamiento.
- La eliminación de tareas burocráticas libera tiempo a los profesionales para que puedan dedicarse a la atención de los pacientes.
- Las herramientas tecnológicas también pueden permitir a los médicos un acceso más simple a las últimas publicaciones de su área de especialidad, manteniéndose al día con los adelantos.
- La reducción de errores, optimización de tareas administrativas y el uso de sistemas de apoyo a la toma de decisiones reducen costos y traen beneficios económicos a las organizaciones.
El paciente, en primer lugar
El modelo basado en el valor define justamente al valor en función de la perspectiva de los pacientes, de los resultados que son importantes para ellos en relación con el costo para lograr esos resultados.
Un estudio del BID en el marco de la pandemia de Covid mostró que el 60% de los encuestados en 10 países de la región está dispuesto a compartir sus datos de salud para combatir el virus, siempre que sea en un entorno seguro y que eso redunde en beneficios para ellos y su comunidad. Otras encuestas anteriores mostraron que el 88% de los latinoamericanos cree que el sistema de salud de sus países necesita cambios para funcionar mejor y sólo 4 de cada 10 consideraron que la atención médica que reciben es “muy buena” o “excelente”.
El cruce de ambos datos señala el camino: como remarca el organismo, “la transformación digital de la salud ya no es una opción sino una obligación” y sin buenos sistemas de información, las ineficiencias que acarrean los sistemas sanitarios serán “cada vez más costosas”.
“Partamos hoy mismo con una visión clara de a dónde queremos llegar, centrada en la salud de las personas y no en la tecnología”, propone el BID para que los países de la región comiencen su transformación digital. Y pide: “Demos voz y amplia participación en el proceso al paciente, epicentro de esta mejora fundamental”.
Fuente: “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe” (Banco Interamericano de Desarrollo), Alianza Europea para el Valor en la Salud, Centro Europeo de la Atención Médica Basada en el Valor