Son numerosos los estudios que demuestran cómo las encías enfermas pueden incidir en las enfermedades de tipo cardiovascular. Medidas a tener en cuenta.
Cepillarse los dientes dos veces al día durante al menos dos minutos puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Es lo que muestran estudios científicos: un vínculo muy estrecho entre enfermedad cardíaca y enfermedad periodontal, afección caracterizada por infección e inflamación de las encías y daño dental.
Una investigación del 2018, por ejemplo, arrojó como resultado que aquellas personas que se cepillan los dientes menos de dos veces al día durante menos de dos minutos tenían un riesgo tres veces mayor, en comparación con aquellos que dijeron que se cepillaban al menos en dos oportunidades diarias, por dos minutos o más.
Es decir que la mala salud bucal, basada en el comportamiento diario de cepillarse los dientes, se asocia con una peor salud del corazón. ¿Por qué? Las bacterias que infectan las encías y causan gingivitis y periodontitis pueden pasar al torrente sanguíneo y aumentar la concentración de proteína C reactiva, sustancia que marca inflamación en los vasos sanguíneos. Estos cambios son capaces, al mismo tiempo, de aumentar el riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular.
También hay evidencia científica de que la enfermedad de las encías empeora la presión arterial e interfiere con los medicamentos para tratar la hipertensión. La mala salud dental también representa un riesgo para las personas con problemas en las válvulas cardíacas.
Quienes poseen alto riesgo de desarrollar una infección del revestimiento interno del corazón (endocarditis bacteriana) deben tener especial cuidado con su higiene dental cotidiana.
Hasta hace poco, a muchos de estos pacientes se les aconsejaba tomar antibióticos antes de hacerse un tratamiento dental. Sin embargo, la American Heart Association (la asociación que agrupa a los cardiólogos en los Estados Unidos) revisó sus pautas y estableció que solo las personas con mayor riesgo de desarrollar endocarditis bacteriana obtienen un beneficio razonable al tomar antibióticos preventivos antes de ciertos procedimientos.
Para mantener la higiene bucal es necesario cepillarse los dientes dos veces al día, usar hilo dental de manera regular y visitar al dentista cada seis meses. En el caso de que la persona tenga alguna enfermedad cardiovascular, debe informar al odontólogo qué medicamentos está tomando, junto con las dosis correspondientes. Esto último es muy importante en el caso de quienes toman anticoagulantes, dado que dichos remedios pueden provocar mucho sangrado durante una cirugía oral.
Algunos medicamentos antihipertensivos son capaces de provocar sequedad en la boca o de alterar el sentido del gusto. Los bloqueadores de los canales de calcio, en particular, pueden hacer que el tejido de las encías se hinche y crezca demasiado, lo que en definitiva origina problemas con la masticación.
Si una persona experimenta un crecimiento excesivo de encías, deberá avisarle a su dentista para que le dé instrucciones detalladas de higiene bucal. Y es muy posible que deba realizarse limpieza dental con mayor frecuencia.
Las personas con algún trastorno de tipo cardiovascular que precise hacerse una cirugía oral deben hablar con su dentista o cirujano acerca de cómo controlar el dolor durante y después de la cirugía, incluido el uso de anestésicos y la sedación.
Es mejor esperar un mínimo de seis meses después de un ataque cardíaco antes de someterse a cualquier tratamiento dental extenso, pero no es preciso esperar para hacerse una limpieza dental.
La conexión entre la mala salud bucal y la salud no se limitaría a las enfermedades cardiovasculares. Hay estudios científicos que relacionan enfermedad periodontal (especialmente si se debe a una infección con una bacteria llamada porphyromonas gingivalis) con artritis reumatoidea.
Si una persona experimenta un crecimiento excesivo de encías, deberá avisarle a su dentista para que le dé instrucciones detalladas de higiene bucal. Y es muy posible que deba realizarse limpieza dental con mayor frecuencia.
Las personas con algún trastorno de tipo cardiovascular que precise hacerse una cirugía oral deben hablar con su dentista o cirujano acerca de cómo controlar el dolor durante y después de la cirugía, incluido el uso de anestésicos y la sedación.
Es mejor esperar un mínimo de seis meses después de un ataque cardíaco antes de someterse a cualquier tratamiento dental extenso, pero no es preciso esperar para hacerse una limpieza dental.
La conexión entre la mala salud bucal y la salud no se limitaría a las enfermedades cardiovasculares. Hay estudios científicos que relacionan enfermedad periodontal (especialmente si se debe a una infección con una bacteria llamada porphyromonas gingivalis) con artritis reumatoidea.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.