Aunque se suele creer que es una enfermedad autoinmune, este trastorno involucra al sistema nervioso central. Provoca dolor muscular y sensibilidad generalizados y puede afectar significativamente la calidad de vida.
La fibromialgia fue tipificada como enfermedad por la Organización Mundial de la Salud hace poco más de un cuarto de siglo. Es un problema crónico, de origen desconocido, que provoca dolor muscular sin inflamación y sensibilidad generalizados, que también está asociado en muchos pacientes a la fatiga y la dificultad para dormir. Por todo esto es una patología que tiene un gran impacto en la calidad de vida del paciente.
Pese a lo que se cree, no es una enfermedad autoinmune, aunque suele tener síntomas de algunas de ellas como cansancio constante y dolor. Además, las personas que padecen enfermedades reumáticas inmunomediadas como lupus, artritis reumatoidea o espondilitis anquilosante son más propensas a padecer fibromialgia.
La fibromialgia afecta a entre el 2% y 4% por ciento de la población, es más común en mujeres y generalmente comienza en la edad adulta media.
Causas y síntomas
Las causas de la fibromialgia no están claras. La investigación actual sugiere que está involucrado el sistema nervioso central (cerebro y médula espinal) y es probable que ciertos genes ocasionen que determinadas personas sean más propensas a desarrollarla. También hay algunos factores que pueden desencadenarla, como problemas en la columna vertebral, artritis, lesiones u otro tipo de estrés físico o emocional.
La estimulación nerviosa repetida provoca cambios en el cerebro de las personas que padecen fibromialgia relacionados con un aumento anormal en los niveles de los neurotransmisores, ciertos químicos que transmiten señales de dolor.
Por otra parte, como los receptores de dolor del cerebro desarrollan una especie de memoria y se hacen más sensibles, pueden reaccionar de manera desproporcionada ante las señales y por eso se genera ese intenso dolor y sensibilidad.
Los principales síntomas de la fibromialgia son, entonces, el dolor generalizado, en ambos lados del cuerpo, y arriba y abajo de la cintura. Muchas veces se describe como un dolor leve, molesto y constante, que dura al menos tres meses. Pero también hay otros síntomas como cansancio (aunque se duerma mucho), los pacientes se despiertan por el dolor o sufren trastornos del sueño, y dificultades cognitivas con un síntoma llamado “fibroniebla” que dificulta la capacidad de enfoque, atención y concentración mental. La fibromialgia también suele coexistir con otras afecciones dolorosas, como colon irritable, migraña, cistitis intersticial y trastorno de articulación temporomandibular.
Diagnóstico y tratamiento
No existen tests diagnósticos para la fibromialgia, por lo que sólo puede ser confirmada con un examen clínico y en diálogo con la paciente. El Colegio Americano de Reumatología definió el síndrome de fibromialgia en función de una historia de dolor generalizado de al menos tres meses de duración, en combinación con sensibilidad en 11 o más de los 18 puntos sensitivos del cuerpo.
El tratamiento combina medicamentos y cuidados personales para minimizar los síntomas y mejorar el estado de salud y bienestar en general. Se utilizan analgésicos para calmar el dolor, psicofarmacos para aliviar la fatiga y ayudar a dormir y hay anticonvulsivos que fueron aprobados para su uso en fibromialgia o inclusive algunos que intervienen en el sistema nervioso central y fueron desarrollados específicamente para el tratamiento de esta enfermedad y funcionan para reducir los síntomas.
También se suele indicar fisioterapia para mejorar la flexibilidad y resistencia, terapia ocupacional para realizar ajustes en el ámbito de trabajo tendientes a reducir el estrés en el cuerpo y asesoramiento psicológico para manejar mejor las situaciones asociadas con la enfermedad y sus desencadenantes.
Oficina de Salud de las Mujeres de EE.UU., Colegio Americano de Reumatología, INECO, Mayo Clinic