¿Cómo deben actuar los trabajadores de la salud en las guardias médicas? ¿Y en los consultorios comunes? ¿Qué sucede con las personas con síntomas de Covid-19?
En el contexto de la pandemia de coronavirus, hospitales y clínicas y sus trabajadores de salud deben cumplir con protocolos de atención para los pacientes, tanto en el área de guardia como en los consultorios.
Los centros sanitarios deben desarrollar dos circuitos diferenciados: uno para pacientes con patología respiratoria o fiebre y otro para personas con otros malestares. Ambos circuitos deben estar señalizados y distribuidos de manera tal que pueda evitarse en todo momento el contacto entre ellos.
Los centros médicos deben contar con dispensadores de alcohol al alcance tanto de los pacientes como del personal y ofrecer barbijos quirúrgicos en forma inmediata a aquellos que acudan con síntomas de infección respiratoria.
A partir de allí, el personal administrativo que haya recibido a ese paciente debe comunicar esa situación, para que se pueda planificar la recepción por parte de médicos y enfermeros.
Los pacientes con fiebre ingresarán solos a la sala de espera para evitar conglomeración de personas. También es muy importante que la duración de la visita del paciente sea lo más breve posible, para evitar infecciones cruzadas.
El equipo de salud que realice la valoración inicial o triage de la situación del paciente debe mantener al menos un metro de distancia con el paciente. De ser posible, hacer el interrogatorio en forma telefónica, a través del teléfono interno, por intercomunicador o mediante la interposición de una barrera de cristal o plástico que permita la comunicación. Si existen barreras físicas como un vidrio o acrílico, no es necesario que el equipo de salud que participe en la admisión utilice equipo de protección personal.
El triage es un sistema de selección y clasificación de pacientes en los servicios de urgencia, basado en sus necesidades terapéuticas y los recursos disponibles. Lo que hace el enfermero que atiende al paciente es categorizar la atención de la persona luego de identificar los factores de riesgo y clasificar sus necesidades según criterio de gravedad (I o Emergente, II o Urgente, III o No urgente).
Si durante el triage una persona no presenta cuadro compatible con Covid-19, regresa a la guardia convencional. Si queda encuadrada dentro de lo que se define como un caso probable de la enfermedad aguda respiratoria causada por el coronavirus pandémico, será derivada al circuito de aislamiento.
Los pacientes sospechosos y confirmados no deben permanecer juntos. Los primeros deben estar aislados en habitaciones individuales y no moverse fuera de la sala de aislamiento a menos que un personal de salud lo indique para, por ejemplo, hacer estudios complementarios.
Por otro lado, los pacientes confirmados pueden ocupar una misma habitación, siempre y cuando haya un espacio entre camas de no menos de un metro. Se reducen a lo indispensable las visitas familiares y los controles de enfermería.
En el caso de la atención en un consultorio por otras patologías, los protocolos enfatizan la necesidad de mantener el distanciamiento físico y la organización de turnos con tiempos amplios entre cada uno, de manera que el médico o la médica pueda atender al paciente, y luego limpiar y desinfectar objetos y superficies de uso frecuente.
Priorizar la atención que constituyan grupos de riesgo y adultos de 60 años y mayores es uno de los puntos más importantes, para poder reducir el tiempo de espera. Para eso, se aconseja asignarles los primeros turnos del día.
Los protocolos indican expresamente que se debe evitar el ingreso de acompañantes a la sala de espera. Si en situaciones puntuales esto no fuera posible (por ejemplo, niños o personas que requieren de asistencia permanente), el límite será un acompañante por paciente.
Además, habrá que evitar la acumulación de personas y mantener en todo momento una distancia mínima de un metro (ideal, dos metros). Y en el caso de los consultorios de centros médicos, tienen que colocar líneas adhesivas de color en el piso para delimitar la distancia del paciente al escritorio de la persona que recepciona. Como en el caso de las guardias, debe haber alcohol sanitizante a disposición.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.