La transformación digital de la salud puede, principalmente, contribuir a mejorar la adherencia a los tratamientos, brindar mayor información a las personas y mejorar la seguridad de los pacientes reduciendo errores y eventos adversos.
El enorme costo que la pandemia de Covid-19 tuvo en América Latina y el Caribe (ALC) dejó varias lecciones. Solo en 2020, la región registró el 28% de todas las muertes confirmadas por coronavirus y el 17% de los contagios acumulados, a pesar de solo conformar el 8,4% de la población mundial, lo que tal vez esté indicando un bajo nivel de preparación de la región para un evento de este tipo.
Así lo señala el reciente informe “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe”, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Y apunta que incluso estas cifras se consideran subestimaciones, producto de sistemas de salud desbordados y sin mecanismos para asentar esta realidad con precisión.
Sistemas sanitarios y economía
La pandemia demostró la centralidad de la salud de la población para las economías y el bienestar social, a la vez que evidenció serios problemas estructurales de larga data en los sistemas sanitarios.
El trabajo del BID indica que en ALC un 30% de las muertes evitables se debe a la falta de acceso, mientras que el 70% restante se debe a la baja calidad de los servicios. Y se espera que el gasto real per cápita se incremente en 1,5% por año en la región hasta 2040, según el documento del Marco Sectorial de Salud del BID, publicado en abril de 2021.
En 2020, el Producto Bruto Interno (PIB) cayó un 7,4%, el empleo total se redujo en un 14% y el total de personas pobres ascendió a 209 millones (22 millones de personas más que el año anterior).
Los países realizaron esfuerzos equivalentes al 4,6% del PIB para apoyar a sus poblaciones, incrementando el déficit regional en 9 puntos porcentuales. En concreto, las ramificaciones de esta crisis sanitaria se traducen en la peor crisis económica, social y productiva que ha vivido ALC en 120 años.
El poder transformador de la tecnología
Ante esta situación, los expertos se preguntan, analizan y debaten por qué es importante invertir en salud digital. Luis Tejerina, especialista en Protección Social y Salud del BID, responde que “la transformación digital de la salud implementada adecuadamente puede mejorar la calidad de los servicios de salud al mejorar la adherencia a los tratamientos, brindar mayor información de los pacientes y reducir los eventos adversos”.
“Sin embargo -advierte Tejerina-, debemos ser muy cuidadosos de que la transformación digital no abra nuevas formas de inequidades en aquellas poblaciones en situaciones de vulnerabilidad”.
A partir del análisis de varios estudios e informes, el BID demuestra que la salud digital tiene beneficios concretos avalados por la evidencia:
- Mejora la adherencia al tratamiento: La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la adherencia al tratamiento como el cumplimiento del mismo; es decir, tomar la medicación de acuerdo con la dosificación del programa prescrito; y la persistencia, tomar la medicación a lo largo del tiempo. En los países desarrollados, las tasas de adherencia a los tratamientos en enfermedades crónicas se sitúan alrededor del 50%. Esta cifra es considerablemente menor en los países en vías de desarrollo. La OMS califica la falta de adherencia como un “problema mundial de gran magnitud” que tiene dos consecuencias directas: una disminución de los resultados en salud y un aumento de los costos sanitarios.
- Brindar mayor información de los pacientes: La información clínica que se proporciona al paciente contribuye al mejor desarrollo del proceso asistencial y, por lo tanto, influye en la calidad del servicio. Es que tener acceso a su historia clínica personal le permite al paciente acceso oportuno a su información y mayor transparencia. Este beneficio potencia a otros rendimientos: facilita el seguimiento a los pacientes -muy importantes en el caso de quienes tienen patologías crónicas- brinda un mayor autocontrol a los pacientes y mejora la adherencia a los tratamientos.
- Reducir los eventos adversos: La transformación digital en salud posibilita generar mecanismos de control que permitan prevenir errores. Pensar en la seguridad de los pacientes, entendida como la “reducción y mitigación de actos inseguros dentro del sistema de salud” es un principio fundamental en el cuidado del individuo y un elemento crítico en los procesos de gestión de calidad. Por eso, es imprescindible contar con datos de calidad que informen mejores diagnósticos y disminuyan los errores médicos.
Los especialistas afirman que hoy se presenta una oportunidad histórica de abordar los problemas estructurales en los sistemas de salud y poner en practica cambios fundamentales aprovechando el poder transformador de la tecnología. ¿Cómo? Priorizando a la transformación digital del sector para incorporar a las instituciones de salud, sus trabajadores, pacientes y a todo el ecosistema a la era digital.
FUENTES: Informe “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe” 2022, Banco Interamericano de Desarrollo (BID); Documento del Marco Sectorial de Salud (BID) 2021. Organización Mundial de la Salud (OMS).