Un informe europeo señala que, en 2020, en plena crisis del coronavirus, se iniciaron 5.000 estudios clínicos y se aprobaron 55 fármacos.
La pandemia de coronavirus resultó probablemente el mayor desafío que la industria biofarmacéutica haya tenido que enfrentar. En una respuesta sin precedentes, con alianzas colaborativas entre el sector privado, los estados, las organizaciones internacionales y la academia, se logró acelerar el ritmo de la innovación de una manera nunca antes vista, llegando a tener una oferta de vacunas para enfrentar al SARS-CoV-2 en tiempo récord. Sin embargo, pese a ese esfuerzo titánico, el sector no cedió en la búsqueda de soluciones terapéuticas más allá del Covid-19.
Un reciente informe de la Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas (EFPIA) dimensionó cómo la industria mantuvo sus proyectos e inversiones en Investigación y Desarrollo en decenas de áreas cruciales para la salud global, al tiempo que destinó -en paralelo- recursos materiales y humanos a atender la crisis del coronavirus.
En los últimos cinco años, la investigación clínica viene incrementándose sostenidamente. En 2020, y a pesar de la interrupción causada por el lockdown impuesto por el Covid-19, se lanzaron 5.000 estudios clínicos, según surge del análisis que EFPIA hizo del pipeline de sus asociados.
Respecto de los ensayos que se iniciaron en 2020, los referidos al Covid-19 representaron sólo un 15% del total, lo que refleja que no se desatendió la investigación de otras patologías.
Las áreas de investigación
En el último año, la agencia sanitaria europea, la EMA, aprobó 55 nuevos medicamentos, la mayoría de ellos oncológicos, pero también para tratar enfermedades infecciosas y en las áreas de inmunología y hematología. Esto representa un incremento del 80% respecto de 2019 y demuestra que la pandemia no impactó negativamente en los procesos de aprobaciones de las nuevas drogas que llegaron al mercado.
Al entrar en el detalle de cuáles son las áreas en las que más se está investigando, el análisis muestra que -otra vez- la oncología lleva la delantera, con un 18% de los desarrollos en fase III.
Con casi un 40% más de investigaciones en fase I, la expectativa es que en los próximos tres a cinco años haya entonces avances significativos en el tratamiento del cáncer.
Las enfermedades infecciosas también representan un porcentaje destacado de los fármacos en fase de investigación clínica, seguidos por la neurología, ambos con alrededor de un 30% de los ensayos ya en fase III. En cuarto lugar, se encuentra la hematología, que incluye a la oncohematología, y, en quinto lugar, las enfermedades respiratorias.
Otras áreas de investigación son dermatología, endocrinología, enfermedades cardiovasculares, psiquiatría, oftalmología, patologías gastrointestinales, reumatología, salud sexual, alergia e inmunología y hepatología. Otro dato significativo: el 40% de los estudios clínicos son de sustancias que apuntan a tratar enfermedades poco frecuentes.
Los avances que se vienen
En un texto en el que presentó el informe, la directora general de EFPIA, Nathalie Moll, remarcó que la colaboración entre distintos actores, el desarrollo de la infraestructura de salud y las capacidades diagnósticas, además de la adecuación de los procesos regulatorios para adaptarse a las terapias por venir, son fundamentales para acelerar el ritmo de la innovación y hacer que llegue a los pacientes que la necesitan.
Pero Moll puntualizó también algunos interesantes ejemplos de cómo en los próximos años estas investigaciones actuales pueden estar transformando la vida de millones de personas:
- La primera generación de CAR-T. Este tipo de terapia celular, en el que células T del paciente se modifican en el laboratorio para que ataquen a las células cancerosas, ya se está utilizando en cánceres de la sangre y se está estudiando en tumores sólidos.
- Terapia génica. Una de las innovaciones más prometedoras, en la que se reemplazan genes defectuosos o faltantes y se permite una respuesta a largo plazo en enfermedades como la hemofilia o la atrofia muscular espinal
- Alzheimer. El reporte marca avances en tratamientos que puedan detener o retrasar la progresión de la demencia.
- Terapias remielinizantes. Otra área con un gran potencial, que podría restablecer la movilidad y visión en personas con esclerosis múltiple.
- Tecnologías de ARN mensajero. No sólo permitieron obtener las primeras vacunas contra el Covid-19, sino que se espera que en un futuro puedan utilizarse también para tratar tumores y alergias.
Federación Europea de Asociaciones e Industrias Farmacéuticas, EFPIA Pipeline Review 2021 Update, Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos