Tomar abundante agua y resguardarse del sol son algunos de los principales consejos para prevenir problemas de salud en días de calor agobiante.
El golpe de calor, insolación o hipertermia severa en su forma más grave se da en un contexto de una elevada temperatura ambiental, con o sin elevada humedad ambiental, y más si se produce durante varios días consecutivos: un período excesivamente cálido en el cual las temperaturas máximas y mínimas superan, por lo menos durante 3 días consecutivos y en forma simultánea, ciertos valores que dependen de cada localidad.
El Ministerio de Salud de la Nación recomienda especial cuidado con personas mayores, bebés, niños y niñas, personas embarazadas y en lactancia, personas con alguna enfermedad crónica o con sobrepeso, personas expuestas al calor en su ambiente laboral, quienes viven en situación de calle, y aquellas personas que consideren que pueden estar más expuestas por el impacto de la ola de calor. En todos estos casos, es recomendable tomar algunas precauciones.
Normalmente, la temperatura corporal se mantiene en un rango estrecho, entre 36 y 37,5 grados, gracias a la termorregulación. Y cuando la temperatura ambiental supera a la del cuerpo, éste puede perder la capacidad de eliminar el calor, tanto el que genera el metabolismo como el absorbido del ambiente.
Los síntomas
Especialistas del Hospital de Clínicas “José de San Martín” de la Ciudad de Buenos Aires explican que, ante un golpe de calor, se eleva la temperatura corporal hasta valores por encima de los 40,5 grados y se pueden presentar síntomas neurológicos, como dolor de cabeza, náuseas, vómitos, sensación de desvanecimiento, agotamiento, cansancio, debilidad, alteraciones del nivel de conciencia, confusión, agitación, letargo, convulsiones, síncope e incluso coma.
Además, puede aumentar la frecuencia cardíaca, con palpitaciones, y la frecuencia respiratoria, al tiempo que baja la tensión arterial. También puede presentarse sensación de falta de aire por edema pulmonar. A su vez, la boca se vuelve seca y pastosa, y la sed es intensa.
Otros síntomas incluyen que la piel se ponga roja, caliente, inicialmente húmeda por la intensa sudoración, pero luego, por la importante pérdida de líquidos, esta se vuelve seca. Una vez que se presenta el golpe de calor, es un cuadro grave que requiere de atención médica urgente, con riesgo de vida y de secuelas.
¿Qué hacer para prevenir los efectos del calor?
- Beber abundante agua. La cantidad varía en relación a la edad, actividad y antecedentes médicos. A modo de orientación, se aconseja beber dos litros por día: dos vasos de agua al despertar, al menos ocho vasos durante el día y uno antes de acostarse. Procurar siempre consumir agua segura, evitar bebidas con alcohol, cafeína o azúcar en exceso, muy frías o muy calientes. Es importante hidratarse proactivamente sin esperar a tener sed para beber líquidos.
- Evitar la comida en exceso. Reducir la ingesta de alimentos con alto contenido de grasa y/o de sodio, que generan más trabajo en el sistema digestivo. Se recomienda mantener una alimentación rica en frutas y verduras.
- Resguardarse del sol. No exponerse directamente al sol en las horas de mayor calor: de 10 a 17. Usar protector solar con un factor de protección, como mínimo, de 30.
- Vestir ropa liviana y clara. Evitar usar ropa oscura de nylon o poliéster. Caminar siempre por la sombra y usar sombrero o gorra puede ser también una opción frente al calor.
- Mantener los ambientes frescos. Ventilar la casa a primera hora de la mañana y de la noche, bajar las persianas en el momento de mucho sol, evitar encender luces, refrescar los suelos y tener plantas de interior.
- Reducir la actividad física en los horarios de mayor temperatura, tomar una adecuada cantidad de líquidos antes, durante y después del entrenamiento y siempre realizarlo en ambientes ventilados o espacios verdes con sombra natural.
- No automedicarse. Ante cualquier duda, consultar al médico y/o dirigirse al servicio de emergencias.
- Evitar el aire acondicionado a muy baja temperatura. Reseca el aire y puede ocasionar problemas para la salud. La temperatura ideal de nuestro cuerpo debería mantenerse entre 24 y 28 grados, señalan los especialistas.
- No dejar a personas ni mascotas en vehículos estacionados y cerrados. Un coche cerrado, expuesto a la luz solar y en plena ola de calor puede ser “un verdadero horno”.
¿Qué hacer ante un golpe de calor?
Lo primero es contactarse con el sistema de salud. Mientras se espera, hay que bajar la temperatura corporal: poner a la persona en un lugar fresco, que puede ser una habitación o un auto con aire acondicionado, o colocarla frente a un ventilador, mojarle la piel con paños o agua fría, y retirar todas las prendas que se pueda. Se debe tratar de rehidratar a la persona, con líquidos fríos, en forma regular, hasta que llega el médico y se arriba al centro de salud.
Fuentes: Ministerio de Salud de la Nación, Hospital de Clínicas “José de San Martín” de CABA, Servicio Meteorológico Nacional.