Ayer, los líderes globales de las compañías AstraZeneca, GSK, Johnson & Johnson y Pfizer compartieron el estado de situación de sus investigaciones contra el COVID-19. Coincidieron en que el objetivo es contar con una vacuna antes de fin de año.
Por iniciativa de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA), ayer se reunieron en forma virtual los número uno a nivel mundial de las principales compañías farmacéuticas que están investigando vacunas y medicamentos para dar respuesta a la pandemia de COVID-19. Las cuatro compañías, AstraZeneca, GSK, Johnson y Johnson y Pfizer, se encuentran trabajando a contrarreloj y nunca antes la industria farmacéutica había trabajado en forma colaborativa para un desafío tan grande como el actual. Coincidieron en que el objetivo es contar con una vacuna antes de terminar 2020.
Consultados acerca de quién sería el primero en desarrollar la vacuna, los expertos coincidieron en que la respuesta no era lo más importante. Si bien todos los científicos que están trabajando en ello quieren ser quienes la produzcan, y esa competencia promueve más y mejores desarrollos, finalmente será la ciencia quien venza al COVID-19, y el nombre de la compañía que llegó primero no será primordial.
En esta línea, explicaron que todos están investigando y produciendo a riesgo, sin saber si su vacuna –o la de algún otro- será efectiva. Este tipo de decisiones de inversión, los procesos y los tiempos en los que se está trabajando no tienen antecedentes y muestran cómo las compañías asumieron la excepcionalidad de esta situación y están intentando estar a la altura de la necesidad global.
“El objetivo de la vacuna es proteger contra la enfermedad y, si es posible, prevenir que la persona disemine el virus a otros. Ya nos encontramos en etapa de investigación clínica en personas y, eventualmente, llevaremos adelante un estudio que incluya 20 mil ó 30 mil participantes. Si todo va bien, esperamos contar con suficiente evidencia de eficacia y seguridad para que tanto Pfizer como las entidades regulatorias estemos conformes para tener una vacuna hacia fines de octubre”, detalló el Dr. Albert Bourla, Presidente y CEO de Pfizer.
Desde el laboratorio GSK, explicaron que no están desarrollando una vacuna, sino que se concentran en su tecnología adyuvante para potenciar aquellas vacunas que se demuestren efectivas. “Nos preguntamos qué podíamos traer de diferente -a partir de nuestros conocimientos- que otros quizás no pudieran. Hoy contamos con más de 200 vacunas en desarrollo. ¿Debería GKS unirse a esa lista o podríamos aumentar las probabilidades de éxito de múltiples candidatos ofreciendo nuestra tecnología adyuvante de manera abarcativa a los candidatos que se presenten? Estamos convencidos de que ésa es la mejor contribución que podemos hacer ahora”, describió Emma Walmsley, CEO de GlaxoSmithKline.
Los ejecutivos mencionaron la necesidad de adoptar un abordaje global en el que las fronteras no sean una barrera, estar comprometidos con el acceso, asegurarse de estar preparados para próximas pandemias y trabajar en conjunto.
“Esto es lo que una industria farmacéutica fuerte y exitosa puede brindar a la sociedad. Hoy podemos dar un paso al frente y ayudar. Desde AstraZeneca, hemos lanzado distintas iniciativas y estamos estudiado el potencial beneficio de anticuerpos monoclonales para tratar la enfermedad. Además, colaboramos con GSK para instalar un centro de testeo adicional, porque en el Reino Unido el gobierno necesitaba más capacidad de test, entonces ambas compañías lo hicimos, junto con la Universidad de Cambridge. También estamos investigando una vacuna, moviéndonos a toda velocidad como el resto. No sabemos cuál funcionará, pero es muy positivo que estamos utilizando diferentes tecnologías, por lo que quizás una, dos o tres funcionen y tengamos varias vacunas”, explicó Pascal Soriot, Director Ejecutivo y CEO de AstraZeneca.
En caso de llegar a desarrollar vacunas exitosas, un enorme desafío será la producción a escala global. Al respecto, Paul Stoffels, Vice-Presidente del Comité Ejecutivo y CSO de Johnson & Johnson, reconoció que era fundamental evaluar desde el principio la manera de incrementar la capacidad de manufactura: “debemos hacerlo contrarreloj, pero estaremos en condiciones de producir mil millones de vacunas el año que viene. Además, estamos trabajando con diversos socios alrededor del mundo y planeamos llevar adelante dos estudios grandes de fase III, sobre los que esperamos contar con resultados temprano el año entrante”.
Thomas Cueni, Director General de IFPMA, remarcó los retos por delante: no solo la ciencia debe estar de nuestro lado para que logremos hallar una vacuna rápidamente, sino que además tenemos encontrar la manera de ser capaces de producir cientos o miles de millones de dosis de esa nueva vacuna. Luego, deberá vacunarse a una cantidad suficiente de personas para proteger a comunidades enteras y, mientras tanto, la industria farmacéutica debe seguir produciendo y distribuyendo el resto de las vacunas existentes”.
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