En la actualidad, hay alrededor de 422 millones de personas con diabetes en el mundo. Desde la antigüedad, ese trastorno empezó a despertar interés. Durante los últimos cien años, se desarrollaron las diferentes insulinas y otros medicamentos que sirven para controlar los niveles de glucosa en sangre y prevenir complicaciones en órganos y tejidos del cuerpo humano.
La diabetes afecta hoy a 422 millones de personas en el mundo. Crece sistemáticamente su incidencia y se pronostica que seguirá en aumento.
Se trata de una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina (diabetes tipo 1, cerca del 10% de los casos) o cuando el organismo deja de producir insulina suficiente o no utiliza eficazmente la insulina que produce (diabetes tipo 2, cerca del 90% restante). Este último caso guarda estrecha relación con el estilo de vida, porque su desarrollo se asocia directamente con la mala alimentación, sobrepeso, obesidad y vida sedentaria.
Tanto en la diabetes tipo 1 como en la tipo 2, la energía, glucosa que circula en sangre debe pasar a los músculos como energía con ayuda de la insulina. Si esto no sucede, ese azúcar que circula por el torrente sanguíneo va dañando lenta y progresivamente las paredes de los pequeños vasos sanguíneos y de las grandes venas y arterias, con severas complicaciones potenciales para la salud.
Se puede prevenir la diabetes en muchos casos. Una vez diagnosticada, se puede tratar adecuadamente para evitar todos los riesgos para la salud. Sin embargo, si no se la diagnostica y no se la trata como corresponde, la diabetes puede ser una importante causa de ceguera, insuficiencia renal, infarto de miocardio, ataque cerebrovascular y amputación de los miembros inferiores. De ahí la relevancia de una enfermedad de estas características, que además es tan frecuente en Argentina y en el mundo, por lo que representa un verdadero desafío de salud pública.
La preocupación por el aumento de los casos de diabetes es actual, pero la diabetes está presente en los seres humanos desde la Antigüedad.
La descripción de la diabetes se evidenció en el Papiro de Ebers (1550 a. C.) y en los Vedas hindúes, quienes describen casos con orina pegajosa y con sabor a miel. En la Antigua Grecia, Apolonio de Menfis (250 a. C.) acuñó el término “diabetes” para señalar a los síntomas como la necesidad de orinar muy frecuente, sed intensa y debilidad extrema. También Aulio Cornelio Celso (30-50 a. C.) sugirió como recomendación para la diabetes a la dieta y el ejercicio, que aún hoy son parte del tratamiento.
En griego, la palabra “diabetes” significa “correr a través” y se refiere a la eliminación exagerada de agua. En aquel momento, se atribuyó la diabetes a una falla en los riñones. Sin embargo, la medicina y la investigación científica básica y aplicada fueron haciendo más descubrimientos que han permitido entender mejor a la diabetes y a sus factores de riesgo, y desarrollar tratamientos para controlar el avance y prevenir sus complicaciones.
John Conrad Brunner (1653-1727) publicó en 1683 que la extirpación del páncreas en el perro producía síntomas de diabetes. Thomas Cawley hizo la observación de que la diabetes mellitus tenía su origen en el páncreas “por la formación de un cálculo” y publicó la primera necropsia practicada en un diabético en The London Medical Journal en 1788.
En 1910, el fisiólogo Sir Edward Albert Sharpey-Schafer descubrió que en el páncreas se producía una sustancia que llamó “insulina”. Se abría la posibilidad de encontrar un tratamiento.
Fueron el canadiense Frederick Banting y su estudiante asistente Charles Best quienes extrajeron insulina del páncreas de perros. Investigaban en uno de los laboratorios de la Universidad de Toronto, que les había proporcionado el profesor J. J. R. Macleod. Inyectaron insulina en otros animales a los que se les había removido el páncreas y observaron que los niveles de glucosa en sangre bajaban. Otro colega que trabajaba en la misma institución, el médico James Collip, alcanzó el objetivo de preparar extracto pancreático suficientemente puro para poder usarlo en ensayos clínicos.
Al año siguiente, en 1922, un adolescente de 14 años que padecía diabetes severa, Leonard Thompson, fue el primer paciente que recibió la insulina como tratamiento. La insulina se empezó a producir de manera industrial.
En 1955, empiezan a estar disponibles determinados fármacos de vía oral que estimulan el páncreas para producir más insulina. Más tarde, se desarrollarían nuevas formas más potentes de este tipo demedicamentos.
Y la innovación siguió con el lanzamiento de análogos de una hormona producida por el páncreas que eleva los niveles de glucosa para el tratamiento casos severos.
En 1978, se produjo la insulina sintética a partir de la biotecnología. Se indujo a la bacteria E. coli a producir una insulina idéntica a la insulina humana. Hasta ese momento, toda la insulina era derivada de los páncreas de vacas y cerdos (y se producían reacciones alérgicas).
En 1987, se descubrió el funcionamiento de otra hormona humana, que aumenta la secreción de insulina en respuesta a la glucosa.
En 1995, se aprobó en Estados Unidos el fármaco metformina, el segundo tipo de medicación oral aprobada para diabetes.
En la actualidad se cuenta con una mayor variedad de fármacos que funcionan de manera diferente para bajar el nivel de glucosa en la sangre. En todos los casos, llevar una alimentación saludable es muy importante, al tiempo que lo es también conocer sobre nutrición para entender cómo los alimentos impactarán en el nivel de glucosa en sangre. Esto es parte de lo que se conoce como educación diabetológica, uno de los pilares del tratamiento, junto con la vida saludable, que también incluye la realización de actividad física, y el tratamiento farmacológico que indique cada médico, cuya adherencia por parte del paciente será determinante para el éxito terapéutico.
Informe Mundial sobre la Diabetes (OMS) Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/204877/WHO_NMH_NVI_16.3_spa.pdf;jsessionid=7F1775E1B3B69EB40AA4A4C29676160B?sequence=1 .Valenti G. y Tamma G. History of Diabetes Insipidus. Giornale Italiano di Nefrologia. 2016 Feb;33 Suppl 66:33.S66.1. Disponible en: https://giornaleitalianodinefrologia.it/wp-content/uploads/sites/3/pdf/GIN_A33VS66_00232_1.pdf American Diabetes Association: https://www.diabetes.org/