Esta patología es muy frecuente, en especial en las mujeres. Su tratamiento resulta uno de los más perjudicados por el mal uso de los antibióticos. 

Las infecciones urinarias pueden producirse en cualquier parte del aparato urinario, pero la mayoría ocurre en la vejiga y la uretra. Pueden ser asintomáticas o presentar manifestaciones como necesidad constante de orinar, hacerlo frecuentemente en pequeñas cantidades, tener sensación de ardor al orinar, dolor pélvico (en las mujeres) o que la orina presente irregularidades como aspecto turbio, olor fuerte o color rojizo o rosa. 

Si bien las mujeres son más propensas a contraer infecciones urinarias, pueden sufrirla también los hombres. Se presentan a cualquier edad e inclusive son muy habituales en la infancia. 

Son sumamente frecuentes: se estima que el 50% de las mujeres la sufrirá en algún momento de su vida. Por décadas, los antibióticos han sido un tratamiento efectivo, pero en la actualidad los agentes que causan la mayoría de estas infecciones son los que presentan una mayor resistencia a este tipo de fármacos. 

Infecciones Urinarias El riesgo de la resistencia antimicrobiana NOTA

Un proceso acelerado

Ya en su discurso cuando recibió el premio Nobel, Alexander Fleming había advertido que las bacterias iban a evolucionar para buscar mecanismos de resistencia a los agentes que las combaten. Esto es un proceso natural, pero la acción humana lo aceleró por el mal uso de los antibióticos: al utilizarlos en casos en que no son necesarios, por elegir el antibiótico no adecuado o por interrumpir su uso cuando se debería tomar durante más días.  Esto hace que muchos antibióticos sean cada vez menos eficaces contra los agentes patógenos a los que deben combatir. 

En 2014, cuando elaboró su primer informe mundial sobre la resistencia a los antibióticos, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advirtió que ésta es una grave amenaza para la salud pública en todo el mundo. Explicó que está afectando a muchos agentes infecciosos distintos, pero se centra básicamente en siete bacterias responsables de infecciones comunes graves. Entre ellas, se incluyen las principales que causan las infecciones urinarias.

La OMS advirtió que está muy extendida la resistencia a las fluoroquinolonas, una de las clases de fármacos antibacterianos más utilizados en el tratamiento de las infecciones urinarias por Escherichia coli. En la década del 80, cuando aparecieron estos fármacos, la resistencia a ellos era prácticamente inexistente, pero hoy hay lugares en el mundo donde este tratamiento es ineficaz en más de la mitad de los pacientes.

La E. coli no es la única bacteria causante de infecciones urinarias que presentan resistencia antibiótica: tampoco responden a los fármacos las bacterias Enterococcus faecium, Pseudomonas aeruginosa, Enterobacter cloacae y Klebsiella pneumoniae. Un estudio presentado en 2018 por la Red de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos WHONET, dependiente del Instituto ANLIS Malbrán, que estudió 20.615 aislamientos de E. coli, identificó hasta 65% de no sensibilidad a un tipo de antibiótico, 39% de resistencia a otro y un 11% de los aislamientos fue multirresistente. 

Los gérmenes resistentes prolongan la duración de las enfermedades, generan hospitalizaciones más largas, aumentan significativamente la mortalidad y producen también mayores gastos sanitarios. 

Un reto para el futuro

La resistencia antimicrobiana es un gran desafío también para la industria farmacéutica, que está permanentemente investigando en fármacos innovadores y de hecho ya ha desarrollado nuevos antibióticos que pueden vencer los mecanismos defensivos de estas bacterias. Sin embargo, si no se implementan estrategias sanitarias globales y los individuos toman conciencia del problema y actúan en consecuencia, en un futuro podrían ser susceptibles de las mismas dificultades que hoy tienen los fármacos más antiguos para enfrentar a estos gérmenes multirresistentes.

En el caso puntual de las infecciones urinarias, el urocultivo (gold standard del diagnóstico en pacientes sintomáticos) debería realizarse antes de iniciar el tratamiento en todos los pacientes que cursan un cuadro de infección urinaria complejo o tienen riesgo de resistencia antimicrobiana. Además, como en todas las otras infecciones, para enfrentar la resistencia antimicrobiana es imprescindible realizar un correcto diagnóstico, ajustar el tratamiento adecuado y evitar la exposición innecesaria a antibióticos.

Fuente: Organización Mundial de la Salud, Mayo Clinic, Boletín Médico del Hospital Infantil de México, Revista Médica Clínica Las Condes, Sociedad Española de Nefrología.  Red de Vigilancia de la Resistencia a los Antimicrobianos WHONET, ANLIS Malbrán.

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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización  y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos  otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.

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