La cantidad de casos de personas afectadas por esta enfermedad endémica de la Argentina se redujo durante 2020, pero hubo muertes y 2021 comenzó con un enfermo grave.
Aunque la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2 se lleva toda la atención en materia de salud en prácticamente todo el mundo, otras enfermedades infecciosas siguen teniendo incidencia. Es lo que sucede con el hantavirus, que, por lo general, afecta a más personas en el verano, época en la que la cantidad de turistas aumenta el riesgo de entrar en contacto con los animales transmisores de la enfermedad.
Y eso sucede debido en parte al ciclo biológico de los ratones colilargos, y porque se abren y ventilan de pronto lugares que durante meses permanecieron cerrados. Aunque en la actividad turística se redujo fuertemente debido a la pandemia, durante todo el 2020 se registraron personas enfermas y algunas muertes por hantavirus.
A fines de ese octubre, una mujer de 63 años, residente de la localidad de Lago Puelo (en Chubut) murió por este virus. A raíz de ese caso, las autoridades sanitarias aislaron durante 45 días a 15 personas que habían tenido contacto estrecho con ella.
La Sala de Situación del Ministerio de Salud Pública de Salta registró dos fallecimientos por hantavirus. El 6 de enero de este 2021, un joven de 22 años fue diagnosticado con la enfermedad e internado en terapia intensiva en Bariloche. También, en esta oportunidad, los contactos estrechos del enfermo (su familia) fueron aislados por 45 días.
Aunque la incidencia del hantavirus disminuyó, posiblemente por la disminución en la circulación de personas, hay que tener en cuenta que siempre existe el riesgo de contagio, porque es una zoonosis emergente producida por virus pertenecientes a la familia Bunyaviridae. Tales virus tienen una distribución mundial. En la Argentina, circulan dos especies de virus hanta, Andes y Laguna Negra, y al menos 10 genotipos virales diferentes.
Hasta el momento, los expertos han identificado cuatro regiones endémicas del virus: Norte (Salta y Jujuy), Centro (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), Noreste (Misiones) y Sur (Neuquén, Río Negro y Chubut).
Las personas contraen el hantavirus a través de roedores silvestres, reservorios naturales de la infección. Los animales tienen una infección crónica sin síntomas, pero van eliminando el virus de manera persistente a través de la saliva, la orina y las heces.
La transmisión a las personas suele darse cuando entran en el hábitat de los roedores (en zonas suburbanas y ambientes rurales), ya sea por razones laborales o recreativas. Pero, en verano, suele ocurrir que los galpones o depósitos, cerrados durante mucho tiempo, son abiertos para ventilar y es entonces cuando se advierte que están infestados de ratones colilargos.
Los modos de contagio del virus se dan a través de diversas vías. Puede producirse por inhalación, cuando las personas respiran en galpones, huertas, pastizales, donde las heces o la orina de los roedores infectados desprendieron el virus, contaminando de ese modo el ambiente.
También puede haber un contagio por contacto directo, que se da cuando alguien toca a los ratones, a sus heces o a su orina. El virus también pasa de roedores a seres humanos a través de mordeduras.
Los primeros síntomas de la enfermedad son similares a los que se presentan con un estado gripal: fiebre de 38 grados o más, dolores musculares, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor abdominal y diarrea.
Pero, además de esta forma febril indiferenciada, la enfermedad puede afectar al sistema neurológico, a los órganos abdominales, a los riñones o tener una presentación hemorrágica. La manifestación más grave de la enfermedad es cuando genera un síndrome cardiopulmonar, que puede desencadenar insuficiencia respiratoria grave y hasta shock cardiovascular.
No hay vacuna para la enfermedad, de manera que la clave está en la prevención. Tampoco existe tratamiento específico, sino que los médicos van atendiendo los síntomas de cada paciente en particular.
¿Qué precauciones tomar para evitar el contagio? Por un lado, es imprescindible impedir la anidación y reproducción de los ratones en viviendas y sitios de trabajo y esparcimiento. Para eso, es necesario tapar orificios en puertas, paredes y cañerías. Por otro lado, hay que realizar la limpieza de los lugares (esto es en pisos, paredes, puertas, mesas, cajones y alacenas) con una parte de lavandina cada nueve de agua: dejar 30 minutos y luego enjuagar. Humedecer el piso antes de barrer para no levantar polvo.
Otras medidas importantes: colocar huertas y leña a más de 30 metros de las viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio similar alrededor del domicilio; ventilar por lo menos media hora antes de entrar a lugares que hayan estado cerrados (viviendas, galpones). Cubrirse la boca y la nariz con un barbijo N95 antes de ingresar.
Además, tanto a viajeros como a lugareños se les aconseja acampar lejos de maleza y basurales, no dormir directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
En caso de encontrar un ratón vivo, jamás hay que tocarlo, y, si está muerto, es preciso rociarlo con lavandina junto con todo lo que haya podido estar en contacto con el animal y esperar un mínimo de 30 minutos. Luego, recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 centímetros de profundidad o quemarlo.
Las personas que presenten síntomas de la enfermedad deben concurrir lo antes posible a un centro de salud para la consulta y evitar el contacto estrecho con otras personas.
-“Super-Spreaders” and Person-to-Person Transmission of Andes Virus in Argentina”, N Engl J Med 2020; 383:2230-2241 DOI: 10.1056/NEJMoa2009040.
-Enfermedades infecciosas: hantavirus- Diagnóstico de Hantavirus- GUIA PARA EL EQUIPO DE SALUD, en http://iah.salud.gob.ar/doc/Documento219.pdf
-Gobierno de la provincia de Neuquén: http://w2.neuquen.gov.ar/noticias/11046-hantavirus-consejos-para-prevenir-la-enfermedad