Progresa lentamente y afecta fuertemente la calidad de vida. Se calcula que para el año 2030 será la cuarta causa de muerte en todo el mundo. La importancia de dejar de fumar.
“Caminar cincuenta metros agita, agota”. “La sensación es que el aire falta, que el pecho está oprimido y que la tos, persistente y sibilante, no pasa”.
Día a día, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o EPOC, va empeorando. Entre especialistas y pacientes, la descripción de un creciente “hambre de aire” es la que probablemente mejor describa la sensación con la que vive quien sufre este trastorno.
Con una estimación de que hacia el año 2030 será la cuarta causa principal de muerte y la responsable de casi el 8% de todos los fallecimientos a nivel global, de acuerdo con proyecciones de la Organización Mundial de Salud (OMS), la EPOC sigue en aumento, y tiene como causa principal el tabaquismo.
Cerca del 15% de las personas que fuman desarrolla EPOC, enfermedad que en la Argentina es padecida por entre un 6 al 8 % de la población general, lo que se traduce en dos a tres millones de personas.
El tabaco (ya sea consumido como cigarrillo, habano o pipa, o inclusive el tabaquismo pasivo) es responsable del 95% de la incidencia de la EPOC, aunque también hay otros irritantes que contribuyen a la aparición de la enfermedad, como la polución ambiental, los vapores químicos presentes en el ambiente, como en el caso de trabajadores en minas de extracción de metales pesados o inclusive los asadores que pasan muchas horas al día a largo de años expuestos en forma directa al humo del carbón o la leña. En menos del uno por ciento de los casos, la causa de la enfermedad es el déficit de una proteína.
Los síntomas de la enfermedad tardan en aparecer y, por lo general, comienzan a partir de los 40 años. Básicamente, se resumen en sensación de falta de aire (disnea), primero ante grandes esfuerzos y luego ante esfuerzos cada vez menores; tos, sin o con expectoración (flema), que normalmente es blanca; sibilancias (silbidos al respirar) e infecciones respiratorias a repetición.
Es recomendable consultar al médico neumonólogo cuando una persona percibe que sufre falta de aire en forma habitual. También cuando la tos se incrementa, al igual que la secreción de moco, los cuadros febriles y el dolor de pecho.
Una pérdida de peso veloz y la sensación de decaimiento y desorientación, junto con la aparición de un tinte azul en uñas y labios (cianosis) son otros de los signos que indican la necesidad de ir al especialista cuanto antes.
El diagnóstico de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica quedará en manos del médico a partir de la historia clínica de la persona y de un estudio, la espirometría, que es un examen funcional respiratorio. Es muy sencillo de hacer, consiste en que el paciente sople a través de un equipo especial y permite tanto diagnosticar la presencia del trastorno aún antes de que la persona presente síntomas, como establecer el grado de severidad de la EPOC.
Hasta el momento, la EPOC no tiene cura. Sin embargo, los cambios en el estilo de vida pueden lograr que el paciente se sienta mejor, permanezca más activo y pueden retrasar la progresión de la enfermedad.
El primer paso para luchar contra la enfermedad es dejar de fumar. También será imprescindible consultar con un nutricionista porque el mismo cansancio que provoca la falta de aire puede influir sobre el apetito y la persona puede llegar a estar malnutrida.
Hacer ejercicio, en la medida e intensidad en que se pueda es importante para fortalecer los músculos que ayudan a respirar.
La medicación es otra parte importante del tratamiento. En este caso, los broncodilatadores relajan los bronquios y bronquiolos para que se abran las vías respiratorias y fluya mejor el aire. Si se trata de un cuadro de EPOC grave es factible que el especialista agregue otras medicaciones para reducir la inflamación de esas vías respiratorias.
La rehabilitación pulmonar es otro aspecto fundamental del tratamiento, sobre todo en lo que respecta a un programa de ejercicio y fortalecimiento muscular.
Como las personas que padecen EPOC son más susceptibles a las infecciones respiratorias, es imprescindible que se apliquen tanto la vacuna contra la gripe como la vacuna antineumocócica, que reduce el riesgo de contraer neumonía por neumococo y de sufrir sus complicaciones.
La oxigenoterapia domiciliaria es otra de las herramientas que se utilizan como tratamiento para reducir los síntomas de la enfermedad pulmonar obstructiva crónica.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.