En la actualidad, se puede vivir sin las exacerbaciones que ocasiona el asma y todo su impacto en la calidad de vida. Es amplia la variedad de opciones terapéuticas para su manejo.
El asma es una enfermedad crónica que afecta las vías respiratorias. Las inflama y las estrecha, haciéndolas muy sensibles y eso provoca que reaccionen fuertemente a los alérgenos, las sustancias a las cuales la persona es alérgica.
Cuando las vías respiratorias responden ante estos agentes, se estrechan y los músculos pueden causar espasmos, por lo que se contraen aún más. Además, al inflamarse el revestimiento de las vías aéreas se produce más moco, el que a la vez las obstruye y bloquea todavía más el flujo de aire a los pulmones. Cuando estos síntomas son graves, se lo denomina ataque de asma.
El asma puede producirse a cualquier edad, aunque se inicia con mayor frecuencia en la niñez. No se determinaron exactamente sus causas, pero se cree que tiene un origen genético y que también puede influir el contacto con ciertas sustancias o infecciones respiratorias en la primera infancia, cuando el sistema inmunitario todavía está en desarrollo.
Respecto de los factores ambientales que pueden causar un ataque de asma, van desde las alergias a los contaminantes del aire, pasando por las infecciones virales, el tabaco, el aire frío o el ejercicio.
Síntomas
Para algunas personas, el asma es una molestia menor. Para otras, puede ser un problema serio que afecta sus actividades cotidianas y que puede producir ataques de asma que incluso pongan en riesgo su vida.
Los síntomas del asma varían según la persona. En algunos casos aparece con poca frecuencia, en otros en determinados momentos (por ejemplo, al hacer actividad física) y en otros se dan de manera constante. Estos síntomas pueden ser:
- Falta de aire
- Dolor u opresión en el pecho
- Problemas para dormir causados por falta de aire, tos o silbido al respirar
- Un pitido o silbido que puede oírse al respirar (técnicamente denominado sibilancia)
- Tos que empeora con un virus respiratorio, como un resfrío o influenza
El tratamiento
Debido a que el asma cambia con el paso del tiempo, es importante que el paciente colabore con la estrategia terapéutica trazada por el médico. Hay cuatro pilares para abordar el tratamiento:
- La educación: el paciente debe conocer su enfermedad, qué provoca sus crisis y cómo manejarlas.
- El control ambiental: es importante que el paciente evite el contacto con las sustancias a las que es alérgico e irritan sus vías aéreas.
- El tratamiento farmacológico: es cada vez más efectivo debido a los modernos medicamentos desarrollados a partir de la innovación farmacéutica. Esta batería de fármacos permite atacar desde distintos flancos a la enfermedad, y -utilizados de la manera correcta- posibilitan que el asma se controle y los pacientes pueden llevar una vida normal.
Los medicamentos
En la actualidad, existen cuatro grandes grupos de medicamentos para tratar el asma
- Para el control a largo plazo. Se toman en forma regular para controlar los síntomas crónicos y prevenir los ataques de asma, y son los más importantes para la mayoría de los pacientes.
- De alivio rápido. Son también llamados medicamentos de rescate, y se los toma según sea necesario para el alivio rápido y a corto plazo de los síntomas, para prevenir o tratar un ataque de asma.
Para el asma inducida por alergias. Son antialérgicos que se toman regularmente para reducir la sensibilidad del cuerpo a los alérgenos, además de las vacunas antialérgicas. - Biológicos. Esta nueva generación de medicamentos ha permitido mejorar significativamente el abordaje de la enfermedad y se utiliza para controlar los casos de asma severa, también llamada ‘de difícil control‘.
Es importante que el médico trace un plan y que el paciente lo siga y comente con el profesional los cambios que note para ajustar el tratamiento. Así, hoy es posible llevar adelante una vida plena sin limitaciones.
#HablemosDeInnovaciónEnSalud
Conversemos en estas redes:
Facebook: CAEMEar
Twitter: @CAEMEAR
Linkedin: CAEME
Youtube: CAEME Argentina
Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.