Durante los últimos años, se han desarrollado más tratamientos para controlar los niveles alterados de glucosa en sangre según el perfil de cada paciente, pero continúa habiendo desafíos en términos de adherencia terapéutica y cambios en el estilo de vida.
El páncreas se encuentra en el abdomen del ser humano. Entre otras funciones, produce insulina, una hormona que ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para utilizarse como energía. Pero cuando se desarrolla diabetes, el páncreas no produce suficiente insulina o no la usa adecuadamente. Por lo cual, la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células.
El exceso de glucosa que se acumula puede causar problemas de salud, pero cada vez existen más tratamientos para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones.
Las últimas familias de medicamentos, que se han desarrollado a través de la investigación científica, posibilitan un mejor control de los niveles alterados de azúcar en la sangre sino que también contribuyen a prevenir complicaciones cardiovasculares y renales y tienen menos efectos adversos.
En la Argentina, la prevalencia de diabetes en adultos por autorreporte registró un aumento significativo: pasó del 9,8% en el año 2013 al 12,7% en el año 2018, de acuerdo con la Encuesta Nacional de Factores de Riesgo que realizó la Secretaría de Gobierno de Salud. En 2017, fallecieron 8.893 personas en la Argentina por diabetes. El 72,4% de los fallecidos tenía entre 55 y 84 años.
En las personas con diabetes tipo 2, el tratamiento incluye la adopción de un plan de alimentación, la reducción del sobrepeso y del consumo de alcohol, la actividad física de manera sostenida y -en muchos casos- la administración de diversos medicamentos. A veces, para lograr el control de los niveles de azúcar en la sangre requiere de más de un medicamento.
Muchos de los pacientes con diabetes tipo 2 empiezan el tratamiento con metformina, que reduce el nivel de glucosa que el hígado también produce, ayuda a que el organismo utilice mejor la hormona insulina y puede contribuir a perder peso.
También, según la última edición de la Guía para el tratamiento de la diabetes tipo 2 de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD) hay otras drogas que reducen la insulinorresistencia, drogas que estimulan o potencian la secreción de insulina, drogas que disminuyen la absorción de la glucosa.
En casos de pacientes con diabetes tipo 2 y obesidad, seguramente se indiquen también medicaciones de otro tipo. Además, el abanico de insulinas es amplio, las hay de acción rápida, ultra rápida, lenta y muy lenta, con distintas opciones de cada una. El médico indicará cada una según la situación clínica de cada paciente.
A pesar de los beneficios de la gran variedad de fármacos, el control sostenido de la diabetes tipo 2 aún resulta limitado, lográndose en entre el 30 y el 60% de los pacientes.
Una de las dificultades reside en la falta de adherencia al tratamiento en muchos casos, que incluye no solo el incumplimiento de la toma de la medicación tal y como el médico lo indica, sino la dificultad para sostener en el tiempo cambios en el estilo de vida orientados a llevar una vida más saludable, más activa y con una dieta equilibrada y variada.
Bailey, Clifford y Day, Caroline. The future of new drugs for diabetes management. Diabetes Research and Clinical Practice, Volume 155, 107785. Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo – Secretaría de Gobierno de Salud de Argentina: http://www.msal.gob.ar/images/stories/bes/graficos/0000001622cnt-2019-10_4ta-encuesta-nacional-factores-riesgo.pdf Consenso 2018 de las Asociaciones de Diabetes de EE.UU y Europa: http://diabetologia-journal.org/wp-content/uploads/2018/09/EASD-ADA.pdf. David A. Hess y otros. SGLT2 Inhibition with Empagliflozin Increases Circulating Provascular Progenitor Cells in People with Type 2 Diabetes Mellitus. Cell Metabolism. Volume 30, Issue 4, P 609-613, Agosto 30, 2019 DOI: https://doi.org/10.1016/j.cmet.2019.08.015