El lupus es una enfermedad autoinmune crónica que puede dañar cualquier parte del organismo. Cada 10 de mayo, se busca aumentar su reconocimiento como un problema de salud global.
El lupus es una enfermedad que se presenta cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca sus propios órganos y tejidos. La inflamación que causa puede afectar distintos sistemas y órganos del cuerpo, incluyendo las articulaciones, la piel, los riñones, las células sanguíneas, el cerebro, el corazón y los pulmones.
El lupus es un trastorno crónico, es decir que los signos y síntomas tienden a durar más de seis semanas y, a menudo, durante muchos años. Es una enfermedad autoinmune: algo falla en el sistema inmunológico, la parte del cuerpo que combate los virus, las bacterias y los gérmenes. Autoinmune significa que el sistema inmunitario no puede diferenciar entre los “invasores extraños” y los tejidos sanos de su cuerpo y crea “autoanticuerpos” que atacan y destruyen el tejido sano, causando inflamación, dolor y daño en varias partes del cuerpo.
No se conoce la causa de esta afección, considerada una de las 8.000 enfermedades poco frecuentes, pero sí se sabe que existen diferentes factores predisponentes. Por ejemplo, la genética y las hormonas femeninas (por eso es más frecuente en mujeres: hay 9 por cada hombre con lupus). Además, existen ciertos factores que hacen despertar al lupus como el estrés físico y emocional, infecciones, exposición a rayos solares o algunos medicamentos.
Signos y síntomas
El signo más distintivo del lupus es una erupción cutánea en el rostro que se asemeja a las alas abiertas de una mariposa en ambas mejillas y se presenta en muchos casos, pero no en todos, porque no hay dos casos de lupus exactamente iguales.
Los signos y síntomas pueden ser repentinos o desarrollarse lentamente, pueden ser leves o intensos y temporales o permanentes. La mayoría de las personas con lupus tiene una enfermedad leve que se caracteriza por tener episodios o brotes en los cuales las señales empeoran durante un tiempo, después mejoran o inclusive desaparecen por completo durante años. Los síntomas más comunes incluyen:
- Fatiga
- Fiebre
- Dolor articular, rigidez e hinchazón.
- Una erupción en forma de mariposa en el rostro que puede abarcar las mejillas y el puente de la nariz o erupción en el resto del cuerpo.
- Lesiones que aparecen en la piel y que empeoran con la exposición al sol.
- Dedos de los pies y de las manos que se vuelven blancos o azules cuando se exponen al frío o durante situaciones de estrés.
- Falta de aire
- Dolor en el pecho
- Ojos secos
- Dolor de cabeza, desorientación y pérdida de memoria.
Lupus: Un problema de salud mundial
Desde 2004, cada 10 de mayo se celebra el Día Mundial del Lupus, patrocinado por la Federación Mundial del Lupus, una coalición de organizaciones de pacientes con lupus de todo el mundo. El objetivo de esta fecha se centra en la necesidad de priorizar los servicios de salud, aumentar la investigación sobre las causas y su cura, mejorar el diagnóstico, el tratamiento y los estudios epidemiológicos del impacto global de la enfermedad.
El lupus es una enfermedad que puede generar lesiones irreversibles y afecta a 5 millones de personas en todo el mundo, con una prevalencia de entre 40 y 100 de cada 100.000 personas, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS). En la Argentina, se estima que 1 de cada 2.000 personas la padecen, lo que arroja un total de alrededor de 28 mil personas.
En una encuesta internacional reciente realizada por la Federación Mundial del Lupus -que reunió a más de 6.700 pacientes de un centenar de países- el 87 % de los encuestados que viven con lupus informaron que la enfermedad ha afectado uno o más órganos o sistemas de órganos principales.
Casi tres cuartas partes de los encuestados reportaron múltiples órganos afectados, con un promedio de tres. La piel (60 %) y los huesos (45 %) fueron los órganos más comúnmente afectados por el lupus, seguidos por los riñones (36 %), el sistema gastrointestinal/digestivo (34 %), los ojos (31 %) y sistema nervioso central (26%).
Existen tratamientos que permiten reducir el daño a los órganos y a las articulaciones, y aliviar el dolor y las inflamaciones, lo que permite tener una mejor calidad de vida. Depende de la gravedad del caso, pero puede consistir en la toma de corticoesteroides, antiinflamatorios no esteroides o inmunodepresores, entre otros. El lupus no es curable, pero el tratamiento ayuda a reducir los síntomas.
Fuentes: Worldlupusday.org / Hablemos de Lupus / Grupo Latino-Americano de Estudio del Lupus (GLADEL) / Federación Mundial del Lupus / Lupus Foundation of America / Organización Mundial de la Salud (OMS) / Mayo Clinic.