A 100 años del descubrimiento de la insulina, el acceso al cuidado de la diabetes sigue siendo un desafío en muchos países. En Argentina, esta enfermedad afecta a más de 4 millones de personas.
Cada 14 de noviembre se conmemora el Día Mundial de la Diabetes, establecido en 1991 por la Federación Internacional de Diabetes (FID) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) con el fin de concientizar acerca de la prevención, diagnóstico y tratamiento de una enfermedad en constante aumento y que ya se la considera una epidemia: hoy afecta a cerca de 500 millones de personas en el mundo y se estima que para el año 2045 ascenderá a 629 millones.
Según datos de la Sociedad Argentina de Diabetes (SAD), alcanza a más de 4 millones de argentinos, aunque al tratarse de una patología subdiagnosticada, la cifra podría ser aún mayor. En nuestro país, la prevalencia de diabetes es del 12,7% y continúa creciendo: según la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo, realizada en 2019 por el Ministerio de Salud de la Nación y el Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), hubo un incremento de casi 3 puntos respecto a la medición anterior de 2013 (9,8%).
El círculo azul es el logotipo de este día: simboliza la vida y la salud. El color azul representa el cielo que une a todas las naciones, es el color de la bandera de Naciones Unidas y encarna la unidad de la comunidad internacional de la diabetes. Para crear conciencia, se invita a la población a poner el círculo azul en los perfiles de las redes sociales.
Un siglo de innovaciones
Este año, la fecha -día del nacimiento del descubridor de la insulina, el médico e investigador canadiense Frederick Banting- cobra mayor relevancia porque se cumplen 100 años del descubrimiento de la insulina, el desarrollo que cambió la vida de millones de personas. En 1921, un equipo de investigadores canadienses descubrió la insulina y dio inicio a un siglo de innovaciones en el tratamiento de la diabetes.
En el laboratorio de Fisiología de la Universidad de Toronto, Canadá, Banting y Charles Herbert Best, estudiante de Medicina, extrajeron insulina del páncreas de perros, inyectaron insulina en otros animales a los que se les había removido el páncreas y observaron que los niveles de glucosa en sangre bajaban.
Otro colega de la misma institución, el bioquímico canadiense James Collip, alcanzó el objetivo de preparar extracto pancreático para usarlo en estudios clínicos. Al año siguiente, en 1922, un adolescente de 14 años que tenía diabetes severa fue el primer paciente que recibió la insulina como tratamiento.
Hace 100 años, en 1921, un equipo de investigadores canadienses descubrió la insulina y dio inicio a un siglo de innovaciones en el tratamiento de la diabetes.
En 1923, Banting y John Mac Leod, médico británico que había colaborado en la investigación, recibieron el Premio Nobel de Medicina. La insulina se empezó a producir de manera industrial. En la actualidad, existe una amplia variedad de insulinas y fármacos de otras familias que funcionan de manera diferente para bajar el nivel de glucosa en la sangre.
“Si no es ahora, ¿cuándo?”
El lema del Día Mundial de la Diabetes 2021 es “El acceso al cuidado de la diabetes: si no ahora, ¿cuándo?”. OPS/OMS llaman la atención a los gobiernos y actores principales de la salud mundial sobre la necesidad de mantener y mejorar el acceso a los servicios de salud y a los medicamentos e insumos para el diagnóstico, tratamiento y automanejo de diabetes.
La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina en cantidad suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula el azúcar en la sangre. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas. Existen tres tipos:
- Diabetes tipo 1: Antes conocida como diabetes juvenil o diabetes insulinodependiente, es una afección crónica en la que el páncreas produce poca o ninguna insulina por sí mismo.
- Diabetes tipo 2: Es el tipo más común, representa del 85% al 90% de los casos y se manifiesta generalmente en adultos, cuando el cuerpo se vuelve resistente a la insulina o no produce suficiente insulina. Se relaciona con factores de riesgo modificables como la obesidad o el sobrepeso, el sedentarismo y las dietas con alto contenido calórico de bajo valor nutricional.
Diabetes gestacional: Consiste en un estado hiperglucémico que aparece o se detecta por vez primera durante el embarazo. Tiende a normalizarse luego del parto, pero las mujeres que desarrollaron este tipo de diabetes tendrán aumentado el riesgo de diabetes 2 en el futuro, por lo que se recomienda que realicen controles periódicos de su salud, incluyendo mediciones de glucemia.
Con el tiempo, si no se controla adecuadamente, puede dañar muchas partes del cuerpo, provocando complicaciones graves como enfermedad cardíaca, ceguera, pérdida de sensibilidad con riesgo de amputaciones (por ejemplo, en los pies) y daño renal.
. Esta enfermedad se puede controlar adecuadamente y las personas llevar una vida plena, previniendo el riesgo de las complicaciones mencionadas. Para ello, es fundamental llevar un estilo de vida saludable, adonde los hábitos de alimentación son críticos, así como realizar actividad física regularmente y mantener un adecuado peso corporal.
Hoy se sabe también que la diabetes incrementa el riesgo cardiovascular, por lo que es importante atender a todos los factores de riesgo cardiovascular y, tanto para estos como para la diabetes, es muy importante la adherencia al tratamiento farmacológico que indique el médico tratante.
Organización Mundial de la Salud (OMS); Organización Panamericana de la Salud (OPS); Federación Internacional de Diabetes (FID); Federación Argentina de Diabetes (FAD); Sociedad Argentina de Diabetes (SAD); 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (Ministerio de Salud de la Nación e Indec, 2019)