El COVID-19 es una enfermedad nueva y los científicos aún están investigando cómo afecta el embarazo y la salud del recién nacido. Sin embargo, a la luz de la información disponible, la vacunación de las gestantes es segura y compatible con la lactancia materna.
La pandemia por el nuevo coronavirus genera preocupaciones con los potenciales riesgos que podrían tener las mujeres embarazadas y los recién nacidos. Sin embargo, con el paso de los meses, hay más información disponible sobre la protección de la vacuna sobre la futura mamá y su bebé. Estas son las preguntas más frecuentes:
- ¿Cómo afecta el COVID-19 al embarazo?
Las personas embarazadas tienen más chance de morir o de enfermarse gravemente de COVID-19, que las personas que no están embarazadas. Y si contraen el virus, pueden tener un mayor riesgo de complicaciones durante el embarazo, como el parto prematuro. Por eso es importante que las personas embarazadas se mantengan saludables, sigan los cuidados de prevención y se sumen a la campaña de vacunación.
- ¿Cómo afecta el COVID-19 a lxs recién nacidos?
Es muy poco común que una madre o padre con COVID-19 se lo transmita a su bebé recién nacido. Especialmente si se toman precauciones como usar una mascarilla y mantener tus manos limpias mientras estás con tu bebé.
- ¿Cómo afecta el coronavirus a la lactancia?
Hasta ahora los estudios dicen que no es probable que un bebé se contagie del COVID-19 a través de la leche humana.
- ¿Puedo recibir la vacuna contra el COVID-19 si estoy en embarazo o amamantando?
Sí. Si estás en embarazo o amamantando, podés recibir la vacuna contra el COVID-19 si lo deseas. Se recomienda consultar con tu médico para evacuar todas tus dudas.
Ni el contacto piel con piel ni la lactancia representan riesgos de contagio entre una mujer con coronavirus y su recién nacido, siempre que se observen medidas higiénicas de prevención, como el uso de tapabocas o mascarilla por parte de la madre y el lavado frecuente de manos y pechos.
Este año, en el contexto de la propagación mundial del coronavirus, la Semana Mundial de la Lactancia Materna, impulsada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), del 1° al 7 de agosto en más de 170 países, tomó una connotación especial y se vuelve más necesario transmitir el mensaje de que la leche materna es el mejor alimento y el más completo que puede recibir el recién nacido.
En ese sentido, el director general del organismo de Naciones Unidas, Tedros Ghebreyesus, afirmó en uno de sus recientes informes sobre la pandemia que “las madres con sospecha de coronavirus o positivas deben amamantar igual a sus hijos y no ser separadas de ellos, salvo que se sientan muy mal. Según los datos que tenemos, los beneficios de la lactancia superan largamente el potencial riesgo de transmisión de Covid-19″.
Estudios y conclusiones tranquilizadoras
Las primeras investigaciones se realizaron en embarazadas portadoras del virus, que dieron a luz en hospitales de Wuhan, China, epicentro del brote inicial de la pandemia. Sus resultados dan cuenta de buenos fundamentos para llevar tranquilidad: demostraron que ni los bebés, ni el líquido amniótico, ni el cordón umbilical ni la leche materna dieron positivo en los casos analizados. Esto tiene impacto sobre la seguridad del bebé, también sobre la vía del parto y, además, en la lactancia, ya que, si la mamá es positiva, puede hacerse pero con precauciones.
Uno de los estudios, publicado a fines de marzo en la sección de Neonatología de la plataforma de ciencia Frontiers, siguió la evolución de cuatro embarazadas ingresadas en el hospital Unión de Wuhan: dieron positivo por coronavirus y se encontraban en la fase aguda de la enfermedad cuando dieron a luz.
Tomadas las medidas de aislamiento especiales para evitar un contagio posparto, como separar a madre e hijo mientras ésta estuviera infectada, los médicos tomaron varias muestras de ambos -del cordón umbilical, líquido amniótico, la primera leche materna o de la garganta de los pequeños- y todas dieron negativo en las pruebas.
En un estudio más reciente, que abarcó a 120 bebés nacidos entre el 22 de marzo y el 17 de mayo, en tres hospitales de Nueva York, los investigadores siguieron durante las primeras dos semanas de vida a madres y bebés, y no detectaron ningún caso de transmisión del SARS-CoV-2 ni en el embarazo ni después. Por eso, concluyeron que es seguro que madres y recién nacidos estén juntos tras el parto y que se amamante a los pequeños tomando precauciones.
Los resultados de este trabajo que está publicado en la revista The Lancet Child Adolescence Health, apoyan las recomendaciones de la OMS y refuerzan el consejo de no separar a madres e hijos tras el nacimiento y promover la lactancia materna por los beneficios que genera en ambos.
Durante la investigación, tras 24 horas del parto, a los bebés les realizaron una prueba de PCR nasal y todos dieron negativo. A la semana de vida, 82 bebés seguían compartiendo habitación con sus madres y el 80% hacía lactancia materna. Quince días después de nacer, hicieron una prueba a 72 recién nacidos y también todos dieron negativo. Siguieron luego a 53 bebés durante un mes y ninguno desarrolló síntomas de Covid, por lo que los investigadores sugieren que la transmisión a los recién nacidos por parte de otros miembros de la familia es improbable cuando se toman las precauciones de seguridad.
Necesidad de examinar a las embarazadas
Si bien desde el comienzo de la pandemia los expertos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos manifestaron que el virus no parece afectar a las personas embarazadas de manera diferente a otras, un trabajo publicado a fines de junio plantea la necesidad de examinar y monitorear cuidadosamente a las mujeres embarazadas, tanto si presentan síntomas como si no, para detectar rápidamente la presencia de coronavirus porque pueden tener más riesgo de que la enfermedad evolucione gravemente.
El análisis es el más grande de su tipo hasta el momento y se basa en datos de mujeres con infecciones confirmadas de coronavirus informadas a los CDC en los 50 estados y Washington, del 22 de enero al 7 de junio. Incluye información sobre 8.207 mujeres embarazadas de entre 15 y 44 años, que se compararon con 83.205 mujeres del mismo rango de edad que no estaban embarazadas.
Los hallazgos sugieren que, en comparación con las mujeres no embarazadas, las embarazadas tienen más probabilidades de tener Covid-19 grave. Más del 31% de las embarazadas fueron hospitalizadas, en comparación con aproximadamente el 6% de las que no estaban embarazadas. Además, las mujeres embarazadas tenían más probabilidades de ser ingresadas en la unidad de terapia intensiva: un 1,5% en comparación con un 0,9% de las no embarazadas. También eran algo más susceptibles de necesitar ventilación mecánica: 0,5% contra el 0,3%.
Recomendaciones para una lactancia materna segura
En la guía de recomendaciones para la atención de embarazadas y recién nacidos en contexto de pandemia, elaborada por el Ministerio de Salud de la Nación, se remarca que la lactancia materna es la forma ideal de alimentación de los lactantes por sus propiedades nutricionales y su capacidad de protección frente a múltiples enfermedades.
Por eso, se recomienda que los lactantes menores de 6 meses reciban leche materna como único alimento (lactancia materna exclusiva) y, a partir de ese momento, que continúen recibiendo lactancia con la incorporación de alimentos adecuados y específicos para la edad hasta por lo menos los dos años de vida.
En tiempos de pandemia por Covid-19 y dado que hasta el momento no hay evidencia de presencia del virus en la leche humana, frente a casos sospechosos y confirmados, se recomienda la lactancia directa al pecho, siempre que sea posible, y -en todos los casos- seguir las siguientes medidas higiénicas:
- Lavar las manos y los pechos con agua segura y abundante jabón (incluidas las muñecas, antebrazos y espacio interdigital) inmediatamente antes de la toma o extracción.
- Lavar las manos durante por lo menos 50 segundos antes de tocar al bebé o antes de retirar la leche materna (extracción manual o con bomba extractora).
- Usar barbijo que cubra completamente nariz y boca durante las tomas; evitar hablar o toser durante el amamantamiento.
- El barbijo debe ser inmediatamente sustituido en caso de tos o estornudo, o ante cada nueva toma.
- Si se optara por la extracción de leche materna, se recomienda reforzar la técnica de extracción manual. Si se provee bomba de extracción de leche, debe cumplirse la adhesión a las normas de esterilización. La bomba no podrá ser compartida con otra paciente y la extracción se realizará en la habitación donde se realiza el aislamiento. La leche será administrada por una persona acompañante o por personal de la institución.
- Si la madre no estuviera en condiciones clínicas para amamantar, se recomienda a los equipos de salud que la asistan la extracción periódica de leche con el fin de evitar trastornos mamarios y mantener la producción de leche.
Organización Mundial de la Salud (OMS); Ministerio de Salud de la Nación; Frontiers; The Lancet Child Adolescence Health; Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos.