Los casos que se confirmaron recientemente encendieron la alarma. Cómo puede influir en la vacuna.
Las confirmadas reinfecciones de pacientes de coronavirus en los últimos meses encendieron la alarma sobre el siempre latente debate de la inmunidad del SARS-CoV-2, la posibilidad de reinfección y cómo esto puede afectar el desarrollo de las potenciales vacunas para prevenir la enfermedad.
Una investigación publicada en The Lancet detalló el caso de un paciente en Hong Kong, otro en Estados Unidos, un tercero en Ecuador y una en Bélgica. Desde la Organización Mundial de la Salud, la epidemióloga Maria Van Kerkhove -una de las especialistas en el seguimiento de la pandemia- reconoció que hay reinfecciones y aseguró que un grupo de trabajo del organismo internacional está siguiendo particularmente el tema para entender mejor la ocurrencia de cada una. Y apuntó que considerando la cantidad de casos en el mundo -ya más de 50 millones-, no son estadísticamente relevantes, aunque demuestran que pueden ocurrir.
Lo mismo señalan los Centros de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC): “Se reportaron casos de reinfección con Covid-19, pero siguen siendo raros. En general, una reinfección significa que una persona se infecta una vez, se recupera y después se infecta otra vez. Basado en lo que sabemos de virus similares, algunas reinfecciones son esperadas“, admitió el organismo, que también apunta a la investigación en curso para entender cuán probable es una reinfección, quiénes pueden estar en un mayor riesgo y qué significa la reinfección tanto para la inmunidad de esa persona como para la posibilidad de contagio a otras.
De manera similar, se había expresado el infectólogo argentino Fernando Polack, quien contó él mismo que sufrió una reinfección leve. Polack explicó que las reinfecciones son la regla en las enfermedades respiratorias, en las que durante por un buen tiempo se mantiene la protección en el pulmón, pero por corto tiempo en la nariz, lo que hace que nos resfriemos frecuentemente cada invierno.
La respuesta inmune
La clave a dilucidar en esta etapa de la pandemia, con América Latina saliendo de su primera ola, Europa cursando de lleno la segunda y con las principales vacunas candidatas ingresando a la etapa definitoria sobre su eficacia, es justamente cómo funciona la respuesta inmune. Cuánto y cómo los anticuerpos protegen a las personas de una reinfección.
Como se sabe, en algunas enfermedades la inmunidad es de por vida, pero en los coronavirus estacionales esa inmunidad es limitada. “Lo que estamos aprendiendo es que las personas desarrollan una respuestas inmune. Lo que no está completamente claro aún es por cuánto tiempo dura esa respuesta inmune”, apuntó Van Kerkhove.
En el caso del paciente de Estados Unidos, un hombre de 25 años, la investigación publicada en The Lancet destacó que el secuenciamiento genómico determinó efectivamente una segunda infección y su evolución clínica fue más complicada que en la primera, requiriendo soporte de oxígeno e internación. El paciente ecuatoriano también cursó peor la segunda infección, la paciente belga la cursó más leve y el de Hong Kong fue asintómatico.
¿Por qué se han dado estas diferencias? Los especialistas señalan distintas hipótesis.
Según explica un artículo en Nature, la severidad del Covid-19 varía enormemente de persona a persona, e incluso puede variar de infección a infección en la misma persona.
En el caso de la reacción más leve -y hasta asintomática- entraría en juego la “memoria inmunológica”: el sistema inmune puede haber recordado su encuentro previo con el virus y haber reaccionado antes de que la infección pudiera hacer más daño.
Pero, en los casos más graves, es probable que sean también las propias células inmunes las que responden de manera desproporcionada frente a la segunda infección. Otra posibilidad es que se produzca el fenómeno raro llamado mejora dependiente de anticuerpos en el que los anticuerpos producidos durante la primera infección ‘ayuden’ al virus en la segunda, en vez de combatirlo.
Qué sucede con las vacunas
Una pregunta fundamental es si las reinfecciones pueden afectar la efectividad de las potenciales vacunas. Lo que señalan los expertos es que estas contadas reinfecciones no son un motivo de preocupación y la vacuna será suficiente para brindar protección frente a todas las variantes circulantes.
Pero avanzar en el conocimiento respecto de las reinfecciones y de cómo se comporta la inmunidad permitirá desarrollar mejores vacunas. Por ejemplo, puede determinarse si hay personas más vulnerables a una reinfección si sus anticuerpos decaen debajo de cierto nivel y establecerse dosis de refuerzo para mejorar en ciertos casos la inmunidad.
Lo que sí demuestra la confirmación de que la reinfección existe es que no funciona la estrategia de que la población se infecte para obtener inmunidad de rebaño, y que la única medida efectiva es llegar a ella a través de la implementación de un plan de vacunación masivo.
The Lancet, Nature, Centros para el Control y Prevención de las Enfermedades de Estados Unidos, Diario Clarín, Twitter Maria Van Kerkhove