Las consultas y estudios cayeron abruptamente. Expertos advierten que es fundamental seguir consultando al médico. El grave riesgo en los síntomas de infarto o ACV.
La irrupción del coronavirus cambió drásticamente el escenario de la atención médica. Ante la aparición del virus, las instituciones médicas públicas y privadas rápidamente reaccionaron para focalizar su respuesta en la urgencia. Y, en la gente, primó el temor al contagio , pero con el avance de la cuarentena, están empezando a verse los preocupantes efectos secundarios del Covid-19: una dramática caída en las consultas y los estudios para todas las demás patologías que no están asociadas al virus.
Números que alarman
En las últimas semanas, varias entidades salieron a advertir de las gravísimas consecuencias que puede tener posponer los controles, en particular en las personas con síntomas de ACV o de infarto. La Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), la Federación Argentina de Cardiología (FAC) y el Colegio Argentino de Cardioangiólogos Intervencionistas (CACI) emitieron una comunicación conjunta en la que remarcaron la importancia del control cardiovascular.
Lo mismo hicieron la Asociación de Clínicas y Sanatorios (ADECRA) y la Cámara de Entidades de Diagnóstico y Tratamiento Ambulatorio (CEDIM), que elaboraron un amplio documento sobre la situación. Estos son algunos de los indicadores de alarma que recopilaron ambos informes:
- La cantidad de angioplastias coronarias y cirugías de by pass bajó un 60%.
- Las internaciones por cuadros coronarios agudos disminuyeron 62%.
- En la segunda quincena de marzo se realizó un tercio de los procedimientos por cateterismo diagnósticos y terapéuticos que en la primera quincena.
- Del 20 de marzo al 30 de abril de este año se atendió un 28% menos de infartos en centros hospitalarios que en el mismo período de 2019.
- En los tratamientos de quimioterapia, se registró una reducción del 16%.
Además, un estudio realizado por investigadores del Instituto Cardiovascular de Buenos Aires y publicado en la revista Medicina advierte que, de mantenerse este menor control de los factores de riesgo cardiovascular entre abril y octubre de 2020, podrían producirse hasta 10.500 nuevos casos prevenibles de enfermedad cardiovascular y entre 6.000 y 9.000 muertes también evitables.
Las medidas oficiales fueron efectivas para contener la incidencia del Covid-19, pero es importante no desatender otra “pandemia” igualmente grave y previa al coronavirus: la de las enfermedades no transmisibles. Según datos oficiales, por año en el país mueren más de 97.000 personas por problemas cardiovasculares, unas 65.000 por tumores y una cifra similar por enfermedades respiratorias.
La importancia del control
Por esto, es fundamental perder el temor y, cumpliendo con todas las medidas de cuidado correspondiente, realizar las consultas y estudios diagnósticos necesarios para la detección precoz y el seguimiento de estas patologías.
Tanto los centros hospitalarios públicos como privados cuentan hoy con todas las medidas de bioseguridad necesarias para evitar el riesgo de contagio. Prácticamente la totalidad de ellos generó áreas diferenciadas para los pacientes febriles e implementó barreras en los ingresos para detectar estos casos y derivarlos rápidamente al sector correspondiente. Respecto de la cuarentena, la concurrencia a las consultas y controles médicos es una de las actividades exceptuadas en el marco del aislamiento preventivo y obligatorio.
Un dato significativo sobre la importancia de retomar las prácticas de cuidado es que se estima que cerca de la mitad del descenso de la mortalidad cardiovascular en los últimos 30 años en nuestro país puede atribuirse al tratamiento precoz a través de medicación, cateterismos diagnósticos, angioplastias y cirugías de by pass.
El rol de los pacientes es clave. Quienes sufren enfermedad cardiovascular o tienen factores de riesgo como hipertensión, diabetes, colesterol y obesidad deben cumplir con el tratamiento indicado (tanto el farmacológico como las pautas de alimentación y actividad física) y no posponer estudios e intervenciones.
Del mismo modo, cumplan o no con estas características, todas las personas que sufran síntomas cardiovasculares no deben minimizarlos y acudir a la guardia o llamar una ambulancia.
Estos son los síntomas relacionados con el infarto o el ACV que requieren consulta urgente:
- Dolor en el pecho o en los brazos, que puede propagarse hacia el cuello, la mandíbula o la espalda
- Náuseas, indigestión, ardor de estómago o dolor abdominal
- Sudor frío
- Falta de aire repentina
- Desmayos
- Confusión y problemas para hablar o comprender
- Dificultad visual
- Dolor de cabeza intenso sin causa conocida
- Entumecimiento o debilidad en la cara, un brazo o una pierna, especialmente en un solo lado del cuerpo.
Una mención especial merecen los pacientes oncológicos, un grupo particularmente vulnerable por su condición de inmunodeprimidos. En estos casos, no debe suspenderse ninguna indicación unilateralmente, y toda decisión terapéutica debe ser consensuada con el oncólogo tratante.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.