Para poner fin a la pandemia, una de las medidas más promisorias es el desarrollo de vacunas efectivas y seguras. Sin embargo, también es imprescindible garantizar que en todo el mundo el acceso a ellas sea universal. En este sentido, aparecen desafíos cruciales como la logística y la conservación a temperaturas extremas bajo cero, lo que transforma a éste seguramente en el mayor operativo global de la historia en materia de adquisición y suministro de vacunas.
El mundo está atento a la llegada de vacunas contra la enfermedad que tiene en vilo a la humanidad. Afortunadamente, ya existen varios desarrollos que están dando resultados prometedores. Una vez que estén disponibles, se espera que la única solución global para esta pandemia se logre en tanto y en cuanto se garantice que las personas accedan a ellas en todos los rincones del mundo. Se trata de la operación más rápida y de mayor envergadura jamás realizada en el ámbito de la salud pública.
¿Cómo distribuir de manera segura y rápida millones y millones de dosis de las vacunas contra el Covid-19? Las respuestas a semejante interrogante que plantea esta crisis mundial de salud pública están depositadas en una gestión basada en alianzas público-privadas y en el rol protagónico de la logística.
Esfuerzo colectivo global
Los líderes políticos de gran parte del mundo coinciden en la necesidad imperiosa de acelerar el desarrollo y la fabricación de las vacunas Covid-19, así como los diagnósticos y tratamientos, y garantizar un acceso rápido, justo y equitativo para las personas en todos los países, cuando estén disponibles.
Por eso, conformaron COVAX (Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la Covid-19), la iniciativa global que trabaja con gobiernos y fabricantes para garantizar que las vacunas estén disponibles en todo el mundo.
COVAX está codirigido por GAVI, la Alianza Mundial para Vacunas e Inmunización, CEPI (Coalición para las Innovaciones en la Preparación ante Epidemias) y la OMS (Organización Mundial de la Salud). Gestionan, además, en asociación con fabricantes de vacunas de países desarrollados y en desarrollo, UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), el Banco Mundial, la Fundación Bill y Melinda Gates, gobiernos, científicos, empresas, filántropos y organizaciones de la sociedad civil.
En representación de este mecanismo mundial, UNICEF, el mayor comprador de vacunas del mundo, está articulando con los fabricantes y aliados en la adquisición de dosis de vacunas para 92 países de ingresos bajos y medianos bajos, que contarán con el apoyo del compromiso anticipado de mercado (CAM) del COVAX. También está coordinando acciones para ayudar a obtener vacunas a 80 países de ingresos más altos que participan con la financiación de sus propios presupuestos públicos.
UNICEF informó oficialmente en septiembre que 28 fabricantes con centros de producción distribuidos en 10 países compartieron sus planes anuales de producción de vacunas contra la Covid-19 hasta finales de 2023, lo que representa uno de los avances científicos y de fabricación más rápidos de la historia.
Transporte, almacenamiento y conservación
La experiencia de la primera fase de la emergencia sanitaria en cuanto al transporte y distribución de suministros médicos (barbijos, guantes y respiradores) demostró la variedad de desafíos a los que debieron enfrentarse los gobiernos. Con el antecedente reciente, hoy no caben dudas de que la única forma de asegurar una provisión estable de las vacunas es desarrollar alianzas entre los sectores público y privado.
El trabajo colaborativo en marcha está enfocado en medidas como la disponibilidad de materiales de inyección seguros y el cumplimiento de los requisitos de la cadena de frío para las vacunas, la promoción de políticas de uso, almacenamiento y distribución correctos de las vacunas, y el desarrollo de soluciones de transporte y logística a fin de transportar las dosis de vacunas a los países de forma rápida y segura. Las principales empresas de traslado del mundo ya están adaptando sus procesos de logística.
La posibilidad de que las vacunas pongan fin a la pandemia dependerá, en gran medida, del funcionamiento efectivo de la cadena de abastecimiento y los sistemas de conservación que, en algunos desarrollos de vacunas, requieren temperaturas extremas bajo cero y, fundamentalmente, del reclutamiento y capacitación de vacunadores para que las manipulen correctamente y mantengan la cadena de frío tanto en el traslado como en la preparación de cada dosis en los lugares de aplicación.
No todas las vacunas tienen el mismo sistema de conservación. Las tradicionales, como las que forman parte del calendario nacional, suelen necesitar entre 2 y 8 grados. Entre los desarrollos más avanzados contra Covid-19 -actualmente en la Fase 3, la última etapa de ensayos en humanos antes de su aprobación-, hay vacunas que manejan esa misma temperatura y otras que requieren entre 60 y 80 grados bajo cero.
De las vacunas más avanzadas, las desarrolladas por los laboratorios estadounidenses Pfizer -asociado a CAEME- y Moderna tienen que mantenerse en un estado casi constante de congelamiento extremo porque están elaboradas con materiales genéticos que se desintegran al descongelarse. Otra candidata importante, la del laboratorio sueco-británico AstraZeneca, también asociado a CAEME, y la Universidad de Oxford, debe conservarse fría, pero no congelada.
En los casos de las vacunas que necesiten hasta 80 grados bajo cero habrá que utilizar grandes cantidades de hielo seco (hecho de dióxido de carbono, derivado de la fabricación de etanol y de la combustión) tanto para el almacenamiento como para la distribución y el mantenimiento en los centros de vacunación.
Es que las vacunas tendrán que pasar de un continente a otro, de un centro de distribución a otro antes de llegar a los hospitales y a otros lugares donde las apliquen. Y todo tiene que estar estrictamente preparado para responder a las concretas exigencias de temperatura: desde aviones, camiones de carga y lugares de almacenamiento equipados especialmente, hasta ampollas de vidrio resistentes a temperaturas heladas.
En lo que respecta al espacio, la mayoría de los laboratorios está trabajando en envases multidosis para reducir al máximo el volumen del producto. La idea es que, de un frasco de 10 mililitros, por caso, se puedan extraer entre 10 y hasta 20 dosis. También hay avances significativos en el diseño de cajas especiales destinadas a transportar cientos de ampollas de vidrio, equipadas con sensores de temperatura con GPS para que en el proceso de logística se sepa dónde se ubican, qué tan frías están y, si es necesario, añadir más hielo seco.
Lo cierto es que el mundo entero está trabajando contrarreloj para responder al desafío sin precedentes que implica organizar la logística de la campaña de vacunación masiva contra el coronavirus.
En la Argentina, el gobierno nacional anunció que se creará “un comando con las provincias” encabezado por el jefe de Estado e incluirá a los ministerios de Salud, Defensa, Seguridad e Interior.
Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Mecanismo de Acceso Mundial a las Vacunas contra la COVID-19 (COVAX), Organización Mundial de la Salud (OMS).