Aunque el Covid-19 aún no terminó, también está latente la amenaza de nuevos patógenos. La industria biofarmacéutica impulsa un desafío inédito para enfrentarlos.
La pandemia de Covid-19, de la que ya estamos transitando su tercer año, está lejos de terminar, como viene advirtiendo reiteradamente la OMS para que no se relajen las medidas de cuidado y se apuntale la vacunación.
No obstante, otros agentes patógenos con potencial pandémico mantienen una amenaza de nuevas epidemias. Por eso, la industria biofarmacéutica, que tuvo una respuesta inédita frente al SARS-CoV-2, lanzó otro nuevo desafío, igualmente inédito, para preparar a la sociedad para futuras pandemias.
En un ejemplo de colaboración, liderazgo y capacidad de innovación, la industria tejió alianzas con otros actores del sector privado y público para lograr el desarrollo de vacunas, test diagnósticos y tratamientos específicos en tiempo récord, acelerando los plazos habituales para la puesta en el mercado de las tecnologías sanitarias.
Las enseñanzas que dejó el Covid-19 son concretas: es importante el enfoque multisectorial y también es fundamental que todos los actores estén a la altura de las circunstancias para enfrentar la crisis.
La pandemia expresó la importancia de la planificación para contar con la infraestructura y los recursos que permitan responder rápidamente. Un informe reciente de la Federación Internacional de Fabricantes y Asociaciones Farmacéuticas (IFPMA) analizó los puntos pendientes y estimó en 15.000 millones de dólares anuales la inversión global necesaria para afrontarlos.
Respuesta a la pandemia en 100 días
Para responder de manera eficiente a una nueva pandemia, serán imprescindibles un liderazgo sólido, voluntad política, coordinación global, marcos regulatorios alineados y alianzas público-privadas, así como también garantizar fuentes de financiamiento solidarias y continuas desde el comienzo de la emergencia.
La propuesta de IFPMA para preparar al mundo para una nueva pandemia se articula sobre dos ejes fundamentales. El primero es otra vez un desafío mayúsculo: apuntar al desarrollo de productos efectivos y seguros dentro de los cien días de la declaración de la pandemia. Y el segundo se enfoca no sólo en la investigación y el desarrollo, sino en garantizar el acceso equitativo a esos productos para todo el mundo, lo que necesariamente debe lograrse a través de la colaboración con los gobiernos, las agencias reguladoras, los organismos multilaterales y otras empresas.
Objetivos y acciones
El análisis de los equipos de IFPMA traza una hoja de ruta y expresa los compromisos que tomará la industria, al tiempo que convoca al resto de los actores a sumarse para llegar a esas dos metas: respuesta rápida y accesible para todos.
- I+D preventiva. La industria se compromete a investigar en los agentes patógenos con potencial epidémico y pandémico para definir un portfolio de vacunas, tratamientos y tecnologías candidatas, para lo cual solicita que los gobiernos impulsen un ecosistema que fomente la innovación con protección de la propiedad intelectual, incentivos sostenibles y políticas industriales efectivas, al tiempo que se exploren nuevos modelos de riesgo compartido.
- Confianza y convergencia regulatoria. En este desafío, la industria no resignará en ningún momento la seguridad de los pacientes ni la calidad de los productos, adhiriendo a los más altos estándares, como siempre lo ha hecho, por lo cual será necesario un trabajo aún más colaborativo y amplio con las agencias regulatorias para el reconocimiento de las aprobaciones y el intercambio de experiencias entre distintos organismos que aceleren la toma de decisiones.
- Intercambio inmediato de patógenos y de información. Poder compartir muestras es fundamental para acelerar la investigación, para lo cual debe establecerse un amplio compromiso multilateral, en el cual los laboratorios asegurarán la máxima seguridad y el uso de muestras y datos de secuenciación genética sólo para los propósitos de la respectiva investigación.
- Infraestructura de ensayos clínicos global. Incluso en la emergencia, la industria biofarmacéutica siempre produce evidencia de alta calidad respecto de la eficacia y seguridad de sus productos en un marco de ética y transparencia. Las redes de sitios de ensayos clínicos potenciarán la investigación de alto nivel en todo el mundo, en tanto que debería explorarse cómo optimizar la coordinación de estos estudios para mejorar la eficiencia y obtener resultados robustos reduciendo la burocracia y las demoras administrativas.
- Sistema efectivo de adquisiciones. La industria se compromete a garantizar la entrega de dosis lo más rápido posible, pero los estados y organismos deben a la vez poner a disposición el financiamiento suficiente para los países con una capacidad limitada. Los contratos deben ser claros sobre las responsabilidades de las partes involucradas y los sistemas de compensación sin culpa y las medidas anticorrupción también contribuirán a acelerar las adquisiciones en futuras pandemias.
- Fortalecer los sistemas de salud. La industria ofrece su expertise para apoyar las acciones de los gobiernos para mejorar la capacidad de los sistemas sanitarios, y el resto de las partes involucradas también deben implementar políticas para alcanzar los Objetivos del Milenio de las Naciones Unidas en cuanto a la Cobertura Universal de Salud, dar respuesta al grave problema de la resistencia antimicrobiana y establecer planes de vacunación de rápido y amplio alcance, incluyendo una cadena de suministros en frío y recursos para los monitoreos de seguridad posteriores.
- Mantenimiento de la capacidad productiva. La industria demostró su capacidad de respuesta y es necesario continuar trabajando de manera multisectorial en nuevas iniciativas que tomen justamente al 2022 como un punto de partida para fortalecerla con un enfoque holístico, global y sostenible que impulse la producción para abastecer las futuras demandas. Nuevamente, son aquí importantes los marcos regulatorios tanto a nivel locales como de comercio exterior para garantizar el rápido movimiento de los bienes demandados en una crisis de estas características.
- Mejorar la capacidad de vigilancia global. Poder detectar las amenazas rápidamente permitirá también brindar una respuesta más rápida. Se necesitan proyectos de mapeo viral amplios para identificar potenciales amenazas y un sistema de alerta temprana que asegure el intercambio y la recolección sistémica y el análisis de los datos de salud.
Fuente: Preparando a la sociedad frente a futuras pandemias (IFPMA)