El trabajo de tres especialistas analiza por qué frases como “grandes luchadores” refuerzan la asociación con la muerte, aún cuando las tasas de supervivencia aumentan. El 15 de febrero es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil.
El cáncer infantil es una enfermedad que puede afectar a niñas y niños desde muy temprana edad, desarrollando el crecimiento anómalo de células malignas en el organismo. De no recibir tratamiento, las células pueden crecer generando metástasis y afectando el funcionamiento del cuerpo. La leucemia y los linfomas son los tipos de cáncer más frecuentes en infantes.
El 15 de febrero es el Día Internacional de la Lucha contra el Cáncer Infantil, fecha establecida en 2001 en Luxemburgo por la Organización Internacional de Cáncer Infantil (CCI), una red formada por 177 organizaciones nacionales de padres de infantes con cáncer en 90 países del mundo.
Se celebró por primera vez en 2002 y desde entonces se ha generado la participación de redes globales, instituciones médicas y especialistas de todo el mundo en la organización de diversas acciones y campañas para contribuir con la salud de niñas y niños y garantizar equidad en el tratamiento de esta enfermedad.
El cáncer como parte de la vida
También es el marco oportuno para reflexionar acerca del lenguaje utilizado para hablar del cáncer, porque las palabras tienen un efecto emocional tanto en pacientes como en sus entornos familiares y afectivos.
En este sentido, el trabajo realizado por las psicólogas y especialistas en psicooncología Agustina Chacón, Sonia Checchia y Nancy Ferro, del Instituto Alexander Fleming, aporta una nueva y necesaria mirada para dejar de asociar al cáncer con la muerte y empezar a encararlo como parte de la vida.
Se trata del libro “El cáncer y las palabras” -publicado por la editorial Grijalbo- es fruto de la campaña “La enfermedad y las palabras” que durante el año 2018 recopiló los testimonios de 146 pacientes con distintos tipos de diagnósticos oncológicos.
De manera anónima y voluntaria, esas personas compartieron frases, comentarios y opiniones que escucharon dentro del ámbito familiar, médico, social, laboral y en los medios de comunicación. Entonces, desde el Servicio de Psicooncología del Instituto Fleming, donde las tres especialistas trabajan, se propusieron analizar el impacto emocional de la comunicación en la experiencia de enfermar de cáncer.
El impacto emocional de las palabras
Frases como “una larga y cruel enfermedad” o “grandes luchadores” afectan a las personas que transitan la enfermedad porque refuerzan la asociación con la muerte, aún cuando las tasas de supervivencia aumentan. En el caso del cáncer infantil, la posibilidad de cura puede llegar a más del 80 por ciento.
El libro de Chacón, Checchia y Ferro recorre las experiencias de 30 personas que viven con cáncer o que en algún momento de la vida fueron diagnosticadas con la enfermedad. Y desentraña metáforas bélicas y heroicas como “sos una luchadora, qué valiente, qué bien lo llevás” y eufemismos tales como “la papa”, “lo que tuviste”, “lo tuyo”, “larga y penosa enfermedad” o “cruel enfermedad”.
Explican entonces que estas frases no ayudan a la mayoría de las personas que transitan la enfermedad porque refuerzan la asociación con la muerte -aún cuando las tasas de supervivencia han aumentado considerablemente en los últimos años-, las hacen sentir responsables de su evolución y culpables en caso de que su condición empeore. “Esas frases reproducen estereotipos, mitos y prejuicios y funcionan como amplificadoras del sufrimiento”, afirman.
Las especialistas sostienen que categorizar la experiencia de enfermar en términos marciales pone a las y los pacientes en lugares extremos. Porque si bien aclaran que “para algunas/os pacientes puede ser motivador pensarse como guerreros, para otras personas implica una exigencia de estar siempre bien, no angustiarse, no reconocer los temores, los enojos, la incertidumbre y la tristeza como emociones normales a partir de un diagnóstico oncológico”. Y remarcan que “al reforzar el estigma cáncer=muerte, el uso de metáforas bélicas, especialmente en etapas finales de la vida, opera en forma negativa anulando todo lo que esa persona hizo antes. Queda sólo como quien perdió la batalla contra el cáncer”.
Fuentes: Organización Internacional de Cáncer Infantil (CCI); Campaña “La enfermedad y las palabras” del Servicio de Psicooncología del Instituto Alexander Fleming (2018); “El cáncer y las palabras”, de las psicooncólogas Agustina Chacón, Sonia Checchia y Nancy Ferro, editorial Grijalbo (2022).