Vacunas COVID-19: Los chicos se infectan con el coronavirus pandémico al igual que adolescentes y adultos. También lo transmiten y pueden sufrir cuadros severos y Covid persistente.

Pese a lo mucho que se ha dicho a lo largo de los dos años que lleva ya la pandemia causada por el coronavirus SARS-CoV-2, autoridades sanitarias de todo el mundo lo reconocen tras investigaciones y evidencia científica contundente: los niños tienen la misma probabilidad de infectarse con Covid-19 que los adultos y pueden enfermar, tener complicaciones a corto plazo y desarrollar Covid-19 persistente. Algunos llegan a atravesar cuadros severos e incluso a morir por la enfermedad.

Los niños con condiciones médicas subyacentes o factores de riesgo corren más riesgo de enfermarse gravemente por Covid-19 en comparación con los niños sin comorbilidades. Las condiciones preexistentes asociadas con un mayor riesgo de Covid-19 grave incluyen a la obesidad, la diabetes tipo 2, las enfermedades cardíacas y pulmonares, y condiciones neurológicas, del neurodesarrollo (en particular, el síndrome de Down) y neuromusculares.

Sin embargo, no solo los chicos con enfermedades previas pueden evolucionar hacia formas graves de la enfermedad. En los Estados Unidos, por ejemplo, los Centros para el Control de Enfermedades indican que la Covid-19 “se ubica como una de las diez principales causas de muerte en niños de 5 a 11 años”.

El Covid-19 en niños

Los niños que se infectan con Covid-19 también pueden desarrollar complicaciones graves como el síndrome inflamatorio multisistémico, que deriva en la inflamación de diferentes órganos y tejidos, incluidos el corazón, los pulmones, los riñones, el cerebro, la piel, los ojos o el sistema digestivo.

Los niños que se infectan con el SARS-CoV-2 excretan el virus a través de sus vías respiratorias y de sus heces. Estudios realizados en personas positivas para SARS-CoV-2 después del inicio de los síntomas indican que los niveles de eliminación de ARN viral del coronavirus pandémico en el tracto respiratorio serían similares en niños, adolescentes y adultos.

De manera que los niños menores de doce años también necesitan ser vacunados contra la Covid-19, tanto para que estén protegidos contra la hospitalización y la muerte, como para ayudar a proteger a los miembros de la familia y del ámbito escolar, especialmente a aquellos que por problemas inmunitarios no pueden ser vacunados.

Vacunas pediátricas contra el Covid-19

Como la vacuna anticovid entre los niños ayuda a disminuir la transmisión de la Covid-19 de niños y adolescentes a adultos mayores, permite reducir los riesgos y las medidas demasiado estrictas de mitigación en las escuelas, lo que a su vez posibilita que la vida escolar de chicos y adolescentes pueda ir normalizándose luego de dos años complejos e inestables.

vacunas sub12

De allí que la recomendación es vacunar a los niños y adolescentes, y las vacunas con aprobación de emergencia hasta el momento tanto en la Argentina como en otros países del mundo han demostrado ser seguras y eficaces

Tanto la elaborada por Sinopharm (con autorización para el grupo etáreo de 3 a 17 años), como por Moderna (para la franja de 12 a 17 años) y la Corminaty elaborada por Pfizer/BioNTech (se aplica entre los 5 y los 17 años) han sido sometidas a testeos estrictos que demuestran que tienen una elevada inmunogenicidad, es decir que brindan niveles elevados de protección contra cuadros severos y muerte por Covid-19 en niños y en adolescentes. Los perfiles de seguridad y reactogenicidad fueron similares a los de los adultos jóvenes.

Seguras, efectos secundarios escasos

Los niños que son vacunados contra la Covid-19 pueden llegar a presentar efectos secundarios luego de la aplicación de cada dosis de la vacuna, similares a los experimentados por los adultos. Los síntomas más comúnmente informados son dolor donde se aplicó la inyección, fatiga, dolor de cabeza, escalofríos, dolor muscular, fiebre y dolor en las articulaciones. 

Al igual que los adultos, los niños que tienen efectos secundarios los sienten dentro de los dos días posteriores a la vacunación y, por lo general, duran entre uno y tres días como mucho. Muchos, sin embargo, y tal como sucede en adultos de diversas edades, no tienen efectos secundarios.

 

Fuentes: Centros para el Control de Enfermedades, CDC, Estados Unidos. Organización Mundial de la Salud, OMS. Ministerio de Salud de la Nación, Argentina

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