Diferentes estudios realizados en distintos países muestran cómo la tos persistente, la fatiga, el dolor muscular, la confusión mental y los problemas de memoria afectan a personas que tuvieron Covid-19.
¿Puede la enfermedad causada por el coronavirus pandémico dejar secuelas en el organismo de una persona? Hasta ahora, la respuesta es sí y así lo confirman estudios realizados en diferentes lugares del mundo ya desde mediados de este año.
Esas investigaciones sugieren que entre el 50% y el 80% de los pacientes siguen teniendo síntomas tres meses después (o incluso más) de haber sido dados de alta y luego de que los tests ya no detectaran presencia del virus en el cuerpo.
A estas alturas, los científicos y médicos ya hablan de un “covid largo” o de “long haulers” (por los pacientes que lo tienen).
Algunos de los síntomas registrados por los científicos y los médicos hasta ahora pueden ir desde tos persistente y dolor muscular hasta arritmias cardíacas, confusión mental, fatiga constante y daños en el corazón, los pulmones, los riñones y el cerebro. Ninguna persona es igual a otra y las secuelas varían de paciente en paciente, tanto en cuanto a tipo como en cuanto a duración y a gravedad.
En julio, investigadores del Reino Unido lanzaron un estudio que seguirá a 10.000 sobrevivientes de Covid-19 durante al menos doce meses y, como plazo máximo deseable, 25 años.
Los investigadores esperan poder comprender mejor qué es lo que el coronavirus deja en el organismo y analizar qué pacientes tienen mayor riesgo de experimentar síntomas persistentes.
Los Centros para el Control de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC) dieron a conocer un informe referido a la duración de síntomas luego de haber recibido el alta por Covid-19 de 292 ex pacientes a los que se contactó por teléfono entre mediados de abril y junio.
El 35% de estos encuestados sintomáticos informó que no había regresado a su estado de salud habitual luego de mínimo 20 días de haber sido dado de alta: entre los 18 y los 34 años, la tasa fue del 26%; del 32%, entre quienes tenían de 35 a 49 años y del 47%, en los mayores de 50 años.
Tos, fatiga, falta de aire y cefaleas fueron las secuelas más mencionadas. Aunque otras investigaciones muestran que también puede haber anosmia (carencia de olfato), dolor de cabeza, falta de apetito y hasta vértigo.
De acuerdo con el informe, la Covid-19 puede originar trastornos prolongados aun en jóvenes y quienes hayan tenido un cuadro leve. En el caso de la gripe estacional común, más del 90% de los enfermos se recupera en el lapso de dos semanas.
El lugar obvio para verificar si hay daño a largo plazo es en los pulmones, porque la Covid-19 comienza como una infección respiratoria. Se han publicado pocos estudios revisados por pares que exploren el daño pulmonar duradero.
En la Universidad de South California (de Los Ángeles, Estados Unidos) un equipo de investigadores realiza tomografías computadas de pulmón a personas que enfermaron de Covid-19 y hallaron que los lóbulos inferiores de los pulmones son los que se dañan con mayor frecuencia. Las imágenes estaban plagadas de parches opacos que indican inflamación, lo que podría dificultar la respiración durante el ejercicio sostenido. El daño visible se reduce normalmente después de dos semanas.
Un estudio austriaco también encontró que el daño pulmonar disminuyó con el tiempo: el 88% de los participantes tenía problemas visibles 6 semanas después de haber sido dado de alta del hospital, pero a las 12 semanas este número había caído al 56%.
El mayor problema es que el coronavirus pandémico no está dejando solo secuelas típicas de una enfermedad respiratoria, sino que sus consecuencias dañan a otros órganos, ya mencionados, como corazón, riñones y cerebro.
Una investigación llevada a cabo en Shangai, China, muestra que un 55% de los pacientes Covid-19 presentó a lo largo de su enfermedad síntomas de tipo neurológico.
De hecho, es elevada la cantidad de reportes en distintos países que muestran cómo temblores y confusión mental son los únicos síntomas de la enfermedad.
El daño a órganos y tejidos, y las secuelas se advierten no solo entre quienes tienen síntomas de la enfermedad, sino también en aquellas personas que no los sufrieron y que transcurren la infección de modo asintomático.
– Persistent Symptoms in Patients After Acute COVID-19, JAMA. 2020 Aug 11;324(6):603-605. doi: 10.1001/jama.2020.12603.
– Symptom Duration and Risk Factors for Delayed Return to Usual Health Among Outpatients with COVID-19 in a Multistate Health Care Systems Network — United States, March–June 2020. MMWR Morb Mortal Wkly Rep. 2020 Jul 31; 69(30): 993–998.
– The long haul. Science, 07 Aug 2020: Vol. 369, Issue 6504, pp. 614-617
DOI: 10.1126/science.369.6504.614
– The lasting misery of coronavirus long-haulers. Nature, 14 September 2020.
– As Their Numbers Grow, COVID-19 “Long Haulers” Stump Experts. JAMA. 2020;324(14):1381-1383. doi:10.1001/jama.2020.17709