Expertos advierten sobre el impacto del virus en la prevención y tratamiento de patologías cardiovasculares y cáncer, entre otras. Qué medidas proponen para minimizarlo.
Expertos internacionales ya están señalando que, más que una pandemia por el coronavirus, estamos atravesando una sindemia, en la que dos pandemias se superponen en el tiempo y se retroalimentan entre sí potenciando sus efectos.
El Covid-19 irrumpió en un contexto en que el mundo todo, y Argentina no es una excepción, atraviesa otra pandemia silenciosa, la de las enfermedades crónicas y agudas no transmisibles. Y, en este sentido, el impacto que está teniendo el SARS-CoV-2 puede tener consecuencias nefastas.
América Latina es la región más golpeada por la pandemia, que podría dejar más de 438.000 muertos este año, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Ya atravesando el octavo mes desde que se detectó el primer caso de coronavirus en nuestro país, hay muchos indicadores de cómo está afectando la prevención, el diagnóstico y el tratamiento de múltiples enfermedades.
En este sentido, 32 sociedades médicas nacionales se unieron y firmaron un documento en el que alertan sobre el impacto de la pandemia sobre el sistema de salud argentino, que está amenazando los avances significativos en salud de los últimos tiempos. Entre muchas otras, suscribieron el documento -al que también adhirió la Cámara Argentina de Especialidades Medicinales (CAEME)- la Academia Nacional de Medicina, la Sociedad Argentina de Cardiología, la Asociación Argentina de Oncología Clínica, la Sociedad Argentina de Pediatría y la Sociedad Argentina de Diabetes.
Estadísticas alarmantes
Tanto a nivel local como global, las estadísticas son alarmantes. Una encuesta de la Organización Mundial de la Salud / Organización Panamericana de la Salud entre sus estados miembros de la región advirtió que el 53% de los países interrumpió total o parcialmente los servicios para la atención de la hipertensión, el 49% para el tratamiento de la diabetes y sus complicaciones, el 42% para el tratamiento del cáncer y el 31% para las emergencias cardiovasculares. La atención primaria de la salud, que puede satisfacer más del 80% de las necesidades de la salud de las personas, se ha visto reducida entre un 20% y un 30%.
En Argentina, las consultas espontáneas por enfermedades agudas y crónicas se redujeron por encima del 60%, al tiempo que también lo hicieron las prácticas y los tratamientos. Las reducciones durante el período de pandemia llegaron por ejemplo al 50% en la atención cardiológica, al 80% en las endoscopías digestivas, hasta el 80% de las mamografías y al 73% en las cirugías generales. La atención de la salud mental también se vio severamente afectada con la interrupción de servicios -sumada al contexto de mayor necesidad de apoyo por los conocidos factores estresantes- y hubo demoras preocupantes en la aplicación de las vacunas de calendario en un 22% de los hogares, la mayoría de estratos medios y bajos.
Enfrentar el tsunami
¿Cómo esta desatención elevará la mortalidad? Ya hay estudios que lo están analizando. Sólo un ejemplo: una investigación presentada en la Conferencia Europea de Cáncer de Mama estimó que si todas las mujeres dejaran pasar sus controles durante la pandemia (y se hicieran una mamografía menos a lo largo de su vida) podría significar un aumento estimado de 2,35 muertes por cáncer de mama por cada 100.000 mujeres en los próximos diez años.
Además de una mayor mortalidad, detectar tumores en estadíos más avanzados también elevará la carga sobre el sistema sanitario y los costos directos e indirectos.
Este escenario, señalan las entidades médicas locales, requiere acciones urgentes y acciones de largo plazo para evitar este tsunami sanitario. En primer lugar, se debe garantizar la cobertura de las necesidades de salud de todos quienes padezcan enfermedades no transmisibles agudas y crónicas, al tiempo que se debe fomentar en la comunidad un comportamiento adecuado para la búsqueda de atención y su adhesión a las pautas preventivas. En este sentido, es clave recuperar y mantener la confianza de la población en la seguridad y capacidad del sistema de salud, y controlar los riesgos de infección en los centros médicos.
Pero el coronavirus plantea desafíos que no han hecho más que profundizar los problemas estructurales de los sistemas sanitarios. Y, al respecto, el virus debe operar como una señal de alarma para avanzar, mientras nos recuperamos de la pandemia, en la construcción de sistemas de salud fuertes y sustentables, en los que se exploren modelos innovadores para brindar continuidad en la atención médica, por ejemplo a través de la telemedicina.
En la misma línea se expresaron los referentes sanitarios regionales que firmaron el Documento de Posición sobre Cáncer y Covid. Remarcaron que es imprescindible apoyarse en las soluciones tecnológicas pero también buscar modelos de colaboración público-privada y avanzar hacia la Cobertura Universal de Salud en todo el continente.
“Las enfermedades crónicas no transmisibles son la principal causa de muerte y discapacidad en el mundo, con consecuencias para la salud a largo plazo”, enfatizó el documento de las entidades médicas locales. Las estadísticas nacionales revelan que aquí también encabezan el ranking de mortalidad: las enfermedades cardiovasculares representan el 28,5% del total de los fallecimientos y los tumores, el 19,2%.
Impacto de la pandemia de Covid-19 sobre el Sistema de Salud Argentino, Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Oncología Médica, Ministerio de Salud de la Nación, Eurekalert.