Cómo influyen las bacterias intestinales en la eficacia de la quimioterapia y qué tumores benignos de mama tienen más probabilidad de convertirse en cancerígenos. Estas son algunas de las principales investigaciones presentadas en uno de los encuentros científicos más importantes de la especialidad.
En octubre, mes de Sensibilización sobre el Cáncer de Mama, se realizó el XII Congreso Europeo de Cáncer de Mama, el segundo más importante a nivel mundial para este tema, solo detrás del de Estados Unidos.
Con la participación de unos 3.500 especialistas de 90 países, se abordaron distintos aspectos del cáncer de mama y se pusieron de relieve las últimas novedades en campos como el impacto del estilo de vida, el diagnóstico y tratamiento, el uso de la inteligencia artificial en el cuidado de las pacientes, la inmunoterapia, la epidemiología y la genética del cáncer de mama.
Entre los avances presentados, se destacan las investigaciones sobre la influencia de las bacterias intestinales en la eficacia de la quimioterapia, el análisis informático de las pruebas de imagen en pacientes que tienen un mayor riesgo de desarrollar una enfermedad cardíaca, los tratamientos más eficaces para pacientes mayores de cáncer de mama, qué tumores benignos de mama tienen más probabilidad de convertirse en cancerígenos y la sobrevida en casos en los que los fármacos logran eliminar los tumores antes de las cirugías.
La influencia de las bacterias intestinales
Investigadores del Centro del Cáncer Beatson West of Scotland, de Glasgow, Reino Unido, que estudian la actividad de las bacterias intestinales, hallaron un posible vínculo entre ellas y la eficacia de la quimioterapia. El estudio incluyó dos grupos de mujeres, de peso y edades similares: uno formado por 21 pacientes con cáncer de mama es estadio inicial y otro por 21 mujeres sanas. Todas las pacientes de cáncer fueron tratadas con quimioterapia y luego operadas. El tejido extraído fue analizado para comprobar si quedaban en él células cancerígenas.
A las mujeres sanas, los investigadores les tomaron muestras y les realizaron una serie de pruebas de ácidos grasos de cadena corta (SCFA, en sus siglas en inglés), compuestos producidos por las bacterias en el intestino cuando descomponen la fibra de los alimentos. En las mujeres con cáncer, les tomaron muestras antes de que empezaran la quimioterapia también en mitad del tratamiento y una vez que lo finalizaron.
Cuando se detuvieron a analizar con más detalle los niveles de SCFA en las pacientes de cáncer, observaron que había diferencias entre aquellas cuya quimioterapia había sido eficaz contra el cáncer y aquellas que todavía tenían células cancerígenas en las mamas. En concreto, encontraron concentraciones bajas de dos SCFA (propionato y butirato) en las muestras tomadas antes y después del tratamiento en las mujeres que respondían bien a la quimioterapia, en comparación con las de las pacientes que no respondían tan bien.
“Probablemente, hay muchas razones diferentes que explican por qué la quimioterapia funciona mejor en unas pacientes que en otras. En este estudio hemos empezado a fijarnos si la función del microbioma intestinal puede ser un factor que influya en la eficacia de la quimioterapia. No podemos afirmar con seguridad que los diversos niveles de SCFA sean la causa de las distintas respuestas a la quimioterapia, pero parece algo posible porque ya sabemos que estos compuestos desempeñan una función en el sistema inmune. Necesitamos seguir investigando esta cuestión”, aseguraron los investigadores.
Mayor sobrevida en casos HER2 positivo
La investigación llevada a cabo por especialistas del Instituto de Oncología Vall d’Hebron, Barcelona, España, presentó los resultados de casi diez años de seguimiento del ensayo internacional denominado NeoALTTO BIG-06, en el que las pacientes con cáncer de mama fueron asignadas al azar para recibir trastuzumab o lapatinib solos o en combinación, antes de la cirugía.
El resultado al que arribaron indica que las mujeres que no presentaban signos de enfermedad residual después del tratamiento (conocido como respuesta patológica completa, PCR) sobrevivían más tiempo sin que el cáncer volviera a aparecer que las pacientes que no lo hacían. En concreto, las pacientes con cáncer de mama HER2 positivo viven más tiempo si los medicamentos administrados antes de la cirugía erradican el tumor.
El cáncer de mama positivo para el HER2 es un cáncer que da positivo para una proteína llamada receptor 2 del factor de crecimiento epidérmico humano (HER2), que promueve el crecimiento de las células tumorales. Aproximadamente, uno de cada cinco casos de cáncer de mama es positivo para el HER2 y es una forma agresiva de la enfermedad.
Este estudio tiene el seguimiento más largo de los ensayos clínicos aleatorios que analizan el cáncer de mama HER2 y muestra lo importante que es hacer un monitoreo de las pacientes durante el mayor tiempo posible para comprender plenamente cómo las combinaciones de fármacos y otros factores pueden afectar a la supervivencia.
Los investigadores del Instituto de Oncología Vall d’Hebron resumieron: “El cáncer de mama positivo para el HER2 tiende a reaparecer durante los primeros cinco años después del tratamiento. Por lo tanto, si podemos dar a estas mujeres la mejor oportunidad de sobrevivir más allá de cinco años logrando la PCR, entonces el riesgo de recurrencia es bajo, especialmente en los tumores con receptores hormonales negativos”.
Cómo se detectan los BBD es un indicador clave
Se sabe que los tumores benignos de mama (BBD, por sus siglas en inglés), que son trastornos no cancerígenos de las mamas, aumentan las probabilidades de que las pacientes desarrollen cáncer de mama a largo plazo. Ahora, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Médica del Hospital del Mar, de Barcelona, España, presentó en el EBCC12 evidencias de que las mujeres diagnosticadas en una segunda revisión presentan un riesgo mayor de desarrollar cáncer de mama.
Estos especialistas vieron que el modo en que los BBD son detectados en un programa nacional de pruebas de diagnóstico (cribado) es un indicador de cuáles se volverán con más probabilidad cancerígenos. “Nuestros resultados muestran que las mujeres diagnosticadas con un tumor benigno a partir de la segunda visita de revisión presentan un riesgo significativamente superior de desarrollar cáncer de mama que aquellas con un BBD diagnosticado en el primer cribado”, explicaron los médicos del equipo de trabajo.
La primera vez que una mujer pasa por un programa de cribado de la mama (normalmente a los 50 años en España y en otros muchos países europeos con este tipo de programas de detección), la detección de BBD se clasifica como BBD prevalente, mientras que aquellos detectados en las visitas sucesivas, que en España son cada dos años, se clasifican como BBD incidental.
El estudio abarcó el análisis de los datos de 629.087 mujeres a las que se realizaron 2.327.384 mamografías entre 1995 y 2015, y las siguieron hasta 2017. Encontraron que las mujeres diagnosticadas con BBD incidental tenían 2,67 veces más posibilidades de desarrollar cáncer de mama que las mujeres sin BBD, mientras que las mujeres con BBD prevalentes tenían 1,87 veces más riesgo de lo mismo.
Los investigadores confían en que estos hallazgos resulten útiles para desarrollar estrategias de cribado de cáncer de mama personalizadas para así mejorar la eficacia de los programas. “Tomar en consideración los factores individuales de riesgo más allá del de la edad debería permitir que se clasifiquen a las mujeres en grupos en función de los diferentes riesgos de desarrollar cáncer de mama. Recomendar programas de cribado personalizados que tengan en cuenta este riesgo y que trascienden los actuales ‘iguales para todas’ podría aumentar la eficacia de estas estrategias”, destacaron.
EBCC-12 Conferencia Europea sobre el Cáncer de Mama; Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer