¿Qué es lo que determina cuán valioso es un medicamento? Los puntos de vista, según cómo afecte a la salud de la persona y a todo el sistema sanitario. Tipos de innovación y partes afectadas.
¿Cómo definir cuándo un remedio para una enfermedad es innovador y valioso a nivel social? No es algo sencillo de determinar, aunque a primera vista si permite salvar vidas y/o reducir secuelas es ya, de por si, valioso.
Sin embargo, los especialistas también tienen en cuenta, además de los resultados sobre la salud de una terapia medicamentosa, qué optimización de recursos genera.
En el ámbito farmacéutico, el concepto de valor varía entre los distintos agentes que conforman el sistema. Los médicos, los pacientes, las empresas de medicina prepaga, las obras sociales, los organismos reguladores de medicamentos y la sociedad en su conjunto consideran a los fármacos desde distintas perspectivas. En consecuencia, qué valor represente la innovación de los tratamientos puede variar en casa caso.
En ese sentido, hay innovaciones lineales e innovaciones no lineales. Las primeras son aquellas que se dan a través del tiempo y de las etapas. Por ejemplo, las que buscan mejorar las terapias existentes mediante la creación de opciones más seguras o mejores, dentro de una misma clase terapéutica.
La innovación no lineal, por el contrario, es esa que implica dar un salto, un enfoque totalmente diferente y hasta disruptivo. Eso sucede cuando se llega a la creación de clases de medicamentos totalmente nuevas, que no están dentro del espectro de lo que ya conocido y que no se vinculan con los mecanismos conocidos de una determinada enfermedad.
El beneficio terapéutico es el más tenido en cuenta por las agencias de evaluación sanitaria al momento de valorar la innovación farmacéutica, mientras que la novedad es el segundo concepto más considerado por estos organismos, cuyas opiniones influyen de manera decisiva a la hora de aprobar y adquirir los fármacos.
Estudios detallados muestran que los principales valores de la innovación farmacéutica son, en términos generales, sus resultados sobre la salud, la reducción en la toxicidad y la mejora en la calidad de vida. Siempre teniendo en cuenta no solo el aspecto físico, sino también el emocional, el social y el cognitivo.
¿Qué sucede en América Latina en este contexto? Pese a que en las últimas décadas las naciones del continente aumentaron su inversión en salud, en busca de universalizar los servicios sanitarios a partir de una mejor evaluación del medicamento, Latinoamérica parte de una posición retrasada con respecto a otros países desarrollados en lo que a innovación farmacéutica se refiere.
En este sentido, es importante el aporte de las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias. En el Foro de Políticas de Evaluación de Tecnologías Sanitarias realizado en 2018 se acordaron criterios que las agencias de evaluación de los distintos países debían tener en cuenta a la hora de evaluar nuevos fármacos. Sin embargo, en la práctica, los procesos de toma de decisiones sobre medicamentos siguen siendo poco claros.
La creación de marcos de valor dependerá de tener sistemas de información bien elaborados y de la instauración de políticas y agencias que realicen estas evaluaciones bajo principios claros y determinados previamente.
Schmid EF, Smith DA. Should scientific innovation be managed Drug Discov Today. 2002;7 (18):941-5, doi: 10.1016/S1359-6446(02)02404-2. Pichón-Riviere A, Soto NC, Augustovski FA, Martí G, Sampietro-Colom L. Evaluación de tecnologías sanitarias para la toma de decisiones en Latinoamérica: principios de buenas prácticas. Rev Panam Salud Pública. 2017; 41(e138):8,doi:10.26633/RPSP.2017.138.