El cáncer de piel se origina por la formación de células malignas en el tejido de la piel. Existen diversos tipos de cáncer de piel, pero la mayoría de ellos no ponen en riesgo la vida del paciente y pueden ser abordados satisfactoriamente por los profesionales de la salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que cada año se producen entre dos y tres millones de casos de cáncer de piel en todo el mundo. El más agresivo es el melanoma, que –afortunadamente- es mucho menos frecuente: ocasiona al año unos 132.000 casos en el mundo.
En la Argentina, según datos del Ministerio de Salud y Desarrollo Social al año 2015, cada año fallecen unas 550 personas debido al tipo más agresivo de cáncer de piel, el melanoma.
Más allá de algún factor de riesgo hereditario, el cáncer de piel está en gran medida asociado a la exposición al sol en horarios inadecuados y acumulativa a lo largo de los años.
Es cierto que hoy existe más conciencia sobre el daño que produce el sol y se toman más y mejores medidas de prevención, pero este tipo de cáncer tarda muchos años en aparecer, por eso en la actualidad empieza a manifestarse en adultos o adultos mayores que se expusieron indebidamente al sol durante su infancia o juventud.
El uso de camas solares con fines estéticos también está contraindicado por el daño que producen.
El cáncer de piel puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, pero es más común en zonas que están expuestas al sol, como la cara, el cuello, las manos y los brazos.
Además de evitar exponerse al sol en horas pico (de 11 a 16 horas) entre septiembre y abril y colocarse protector solar y ropa que cubra la mayor proporción del cuerpo posible, es importante que las personas supervisen periódicamente sus lunares, siguiendo la guía del ABCDE del melanoma, esto es, observar si hay cambios en cuanto a Asimetría, Bordes, Color, Diámetro y Evolución. También se recomienda visitar al menos una vez al año al dermatólogo y consultar ante determinados signos de alarma, como sangrado, picazón, molestias, dolor o hinchazón de un lunar.
Durante el examen clínico, el especialista determinará si algo que ve amerita la extracción de muestras de esa parte de la piel para realizar una biopsia, que permita confirmar un diagnóstico.
En algunos casos, podrán ser necesarias pruebas de diagnóstico por imágenes para examinar si los ganglios linfáticos cercanos presentan signos de cáncer, o una biopsia para extraer un ganglio linfático cercano, con el mismo fin.
Una vez confirmada la presencia de cáncer, los tratamientos pueden comprender desde cirugía, crioterapia, quimioterapia, radioterapia, terapias dirigidas e inmunoterapia.
En el caso del melanoma, la detección a tiempo y la implementación del tratamiento adecuado son aspectos muy importantes para determinar el pronóstico del paciente.
Organización Mundial de la Salud, OMS. National Cancer Institute, NIH. World Cancer Research Fund. American Cancer Society. DEIS (Dirección de Estadísticas e Información de Salud) del Ministerio de Salud y Desarrollo Social