Las personas de más de 60 años, y especialmente las de más de 80, sufren mayores riesgos a la infección causada por el coronavirus COVID-19. Los expertos señalan que con la edad, el sistema inmunitario se debilita y se vuelve más lento para responder ante la presencia de sustancias extrañas o dañinas, como virus o bacterias.
Las personas de más de 60 años, y especialmente las de más de 80, sufren mayores riesgos a la infección causada por el coronavirus COVID-19. Los expertos señalan que con la edad, el sistema inmunitario se debilita y se vuelve más lento para responder ante la presencia de sustancias extrañas o dañinas, como virus o bacterias.
La tasa de mortalidad aumenta exponencialmente a partir de los 65 años, aproximadamente. Datos oficiales en Italia muestran una letalidad del 9,6% entre los septuagenarios, de un 16,6% entre los octogenarios y de un 19% entre los nonagenarios. Son resultados similares a los de China, con una letalidad del 8% entre los que tienen entre 70 y 79 años, y de casi el 15% entre los mayores de 80 años.
Por eso, las personas mayores deben recibir protección especial, especialmente si sufren de enfermedades previas como enfermedades cardiovasculares, diabetes, hipertensión arterial, enfermedades respiratorias crónicas y cáncer.
Es necesario que refuercen las recomendaciones generales:
- Lavarse con frecuencia las manos
- Toser o estornudar sobre el pliegue del codo
- Evitar compartir mate, vasos y cubiertos, así como saludos de manos o besos
- Ventilar los ambientes
- Desinfectar objetos de uso frecuente
- No automedicarse
Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS), autoridades sanitarias nacionales, gerontólogos y especialistas en enfermedades infecciosas indican que los adultos mayores deben poner en práctica más medidas de prevención tendientes a minimizar las posibilidades de contagio:
- Evitar el transporte público y las actividades sociales, reuniones familiares o salidas de esparcimiento, fundamentalmente en lugares cerrados con concurrencia importante de personas.
- No dedicarse al cuidado de los nietos en cuarentena o en situaciones excepcionales similares.
- Ser asistidos en las compras por familiares o allegados, para evitar visitas innecesarias a negocios y centros comerciales.
- Consultar en forma inmediata y por vía telefónica a los números de atención sanitaria, ante la presencia de fiebre y síntomas respiratorios (tos, dolor de garganta o dificultad respiratoria).
- Recibir la vacuna antigripal y el esquema secuencial contra el neumococo, según las recomendaciones sanitarias oficiales.
- Al momento de encontrarse con un familiar o recibir una visita, evitar el contacto directo y el saludo de beso o abrazo, y mantener una distancia de al menos un metro y medio.
- Es importante que quienes padecen una enfermedad crónica se aseguren de tener los medicamentos necesarios a mano.
- Si la persona mayor no está enferma, no se recomienda usar barbijo porque es un objeto que se suele tocar con frecuencia con las manos y termina convirtiéndose en una fuente de contagio. No hay ningún estudio que demuestre que, en esos casos, sirva para prevenir. Sólo deben usarlo quienes están enfermos o cuidan a personas enfermas.
- Las personas residentes en instituciones para adultos mayores deben evitar las visitas de personas con síntomas respiratorios y de quienes hayan estado en lugares de transmisión viral en los últimos 14 días. Algunas instituciones han decidido prohibir las visitas y ofrecen a los familiares mantener contacto vía telefónica, chat o videollamada.
- Confiar en información brindada por fuentes oficiales sobre la situación que vive el país y el mundo por la pandemia de coronavirus.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.