De muy reciente aparición, aún no tiene métodos de prevención ni tratamiento específicos. Qué tener en cuenta ante la presencia de tos, fiebre y dificultad respiratoria, sin entrar en pánico.
Todo está sucediendo muy velozmente. El 31 de diciembre de 2019, la Organización Mundial de la Salud (OMS) fue informada acerca de la existencia de varios casos de neumonía grave ocurridos en la ciudad de Wuhan, en China. En ese momento, el virus no coincidía con ninguno de los virus conocidos, de manera tal que no se sabía cómo podía afectar a las personas.
Pero apenas una semana más tarde las autoridades sanitarias del país asiático identificaban al nuevo patógeno. Se trata de un coronavirus, que comprende a una gran familia de virus causantes de enfermedades respiratorias diversas, desde un resfrío hasta trastornos graves, como el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS-CoV) y el síndrome respiratorio agudo severo (SARS-CoV). Desde septiembre del año 2012, el MERS enfermó a 2.494 personas (858 de ellas fallecieron, lo que implica una elevada tasa de mortalidad del 37%, expandiéndose a través de 27 países). En el caso del SARS, descubierto en febrero del 2003, se registraron 8.096 casos, con una tasa de mortalidad del 9.6 %).
Hasta el 29 de enero, luego de un mes de detectado el nuevo virus en China, las autoridades sanitarias mundiales tienen contabilizados 6.057 casos confirmados (5.970 de ellos en China), distribuidos en 18 países. En China hay además 6.973 personas que están bajo estudio, 976 de quienes están enfermos presentan un cuadro severo de la infección y ya hubo 132 fallecimientos, lo que representa una tasa de mortalidad de aproximadamente un 2,2%.
Aún no se han detectado personas enfermas en América Latina o en África, pero la situación es muy dinámica y cambia hora a hora: un mundo globalizado e interconectado hacen muy difícil controlar a los virus que se transmiten entre personas. Se calcula que solo en el año 2018 un total de 4.232 millones de pasajeros se transportaron por aire en todo el mundo. Con Estados Unidos a la cabeza, China ocupa el segundo lugar en cantidad de personas transportadas y las proyecciones indican que dentro de 15 años sobrepasará al país norteamericano.
Los coronavirus son una gran familia de virus comunes en muchas especies diferentes de animales, incluidos camellos, vacas, gatos y murciélagos, y por eso es que son clasificados como “zoonóticos”. Pero los coronavirus animales pueden mutar (cambiar) e infectar a las personas para luego propagarse, como sucedió en el caso del MERS y el SARS.
Sin embargo, la forma en que los coronavirus se transmiten de persona a persona no es siempre la misma, y todo lo que rodea al 2019-nCoV es aún muy nuevo. En los casos del MERS y el SARS, los científicos comprobaron que la transmisión ocurre principalmente a través de las gotitas respiratorias que una persona infectada produce al toser o estornudar, de manera similar a como se propaga la influenza o gripe estacional. Es decir que el contacto es cercano. Sin embargo, mientras algunos virus son altamente contagiosos (como el sarampión), otros no lo son tanto.
Por eso los investigadores estudian al nuevo coronavirus para aprender más sobre su grado de transmisibilidad y su severidad. Hasta el momento, la OMS ha catalogado la emergencia del 2019-nCoV como de “alto riesgo” a nivel mundial y de “muy alto riesgo” dentro de China. Pero todo puede cambiar día a día.
Los signos más comunes de infección con el nuevo coronavirus son variados pero incluyen fiebre elevada, tos, dificultad para respirar, dolor corporal intenso. Las radiografías torácicas muestran infiltración pumonar bilateral, es decir, en ambos órganos. Hasta el momento los organismos sanitarios de control consideran que los síntomas de una infección por 2019-nCoV pueden aparecer en tan solo 2 días o hasta dos semanas después de la exposición.
Actualmente, y luego de un mes de desatada la epidemia, los especialistas comprobaron que la mayoría de las personas enfermas sufre una forma leve de enfermedad, aunque cerca del 20% progresa hacia una variante grave, que incluye neumonía, insuficiencia respiratoria y, en algunos casos, la muerte.
¿Qué hacer en caso de sospechar una infección por el nuevo coronavirus? Hasta el momento, las personas enfermas siempre han tenido contacto con China, y en la Argentina no se ha detectado ningún caso de la infección. Pero si una persona desarrolla fiebre y síntomas de enfermedad respiratoria, como tos o falta de aire, dentro de los 14 días posteriores a haber viajado desde China, debe recurrir a un médico y mencionar que realizó dicho viaje. Si no viajó pero sí estuvo en contacto cercano con alguien que muestra estos síntomas y que estuvo en países de esa región, es aconsejable que consulte a un profesional de la salud y mencione la existencia de esa relación.
¿Se puede prevenir? Por ahora no hay una vacuna contra la infección 2019-nCoV. La mejor manera de prevenir es evitar exponerse al virus. Sin embargo, hay algunas acciones preventivas que ayudan a limitar la propagación de virus respiratorios:
– Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón durante al menos 20 segundos. Si no hay agua y jabón disponibles, usar un desinfectante para manos a base de alcohol.
– Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca con las manos sin lavar.
– Evitar el contacto cercano con personas que están enfermas.
– Quedarse en la casa y evitar especialmente ir a lugares muy poblados cuando se está enfermo.
– Cubrir tos o estornudos con un pañuelo desechable, que luego debe ser tirado a la basura.
– Limpiar y desinfectar objetos y superficies que se tocan con frecuencia.
¿Existe tratamiento específico? No hay antivirales propios para la infección 2019-nCoV. Las personas infectadas reciben atención médica tendientes a aliviar los síntomas. Para casos severos, el tratamiento debe incluir atención para apoyar las funciones vitales de los órganos afectados y por eso es imprescindible recurrir a profesionales de la salud si hay síntomas y si se ha estado en países afectados por la epidemia o en contacto cercano con personas que los han visitado recientemente.
En la Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación dio a conocer un documento en el que se detallan las recomendaciones a seguir por los equipos de salud ante la aparición del nuevo coronavirus: “Todo caso sospechoso constituye un evento de notificación obligatoria en el marco de la Ley 154651 y debe ser notificado en forma inmediata y completa al Sistema Nacional de Vigilancia de la Salud (SNVS 2.0) dentro del grupo de las Infecciones respiratorias agudas (IRAS) en el evento Sospecha de Virus Emergente”.
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Toda esta información tiene por objetivo contribuir a la concientización y al conocimiento por parte de la comunidad sobre diversos temas vinculados al cuidado de su salud. Sin embargo, bajo ningún punto de vista intenta reemplazar el diálogo médico-paciente, que es uno de los espacios más valiosos para conocer en profundidad sobre éste y muchos otros temas, preservar la salud como estado de bienestar general, prevenir el desarrollo de enfermedades, acceder al adecuado diagnóstico de determinados cuadros e iniciar el tratamiento que el profesional de la salud sugiera y consensue con el paciente.