El último mes de este año está cargado de motivos para reunirse, festejar y compartir bebidas alcohólicas. Recomendaciones para evitar excesos y efectos nocivos para la salud.
Mundial de Fútbol Qatar 2022, fiestas de cierre de ciclos, despedidas, Navidad y Año Nuevo: diciembre es sinónimo de festejos y celebraciones con la familia, las amistades y compañeros/as de trabajo, pero también lo es de descuidos y excesos en la ingesta de comida y bebidas alcohólicas.
En estos encuentros, suele consumirse más alcohol de lo aconsejable y esa ingesta desmedida puede tener efectos nocivos para la salud. Por eso, es época de campañas centradas en el consumo moderado y responsable de alcohol, enfatizando el compromiso que debe tener tanto la persona que bebe como la que acompaña, para prevenir accidentes, actos violentos y problemas más graves, como un coma etílico o una muerte prematura.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que cada año se producen cerca de 3 millones de muertes en el mundo debido al consumo nocivo de alcohol, lo que representa el 5,3% de todas las defunciones, y asegura que su ingesta excesiva es un factor causal en más de 200 enfermedades y trastornos, entre los que se destacan cirrosis hepática, algunos tipos de cáncer y alteraciones en el sistema nervioso, entre otros daños físicos y psicológicos.
En la Argentina, el consumo nocivo de alcohol es un indicador que, lamentablemente, tiende a subir: en 2018 el 13,3% de la población consumía ocasionalmente por encima de lo recomendado cuando en 2009 no superaba el 10%, de acuerdo con las cifras que arroja la 4° Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR), realizada en 2019 por el Ministerio de Salud de la Nación en conjunto con el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC). El dato es preocupante sobre todo entre los jóvenes de entre 18 y 24 años, que toman 5 veces más que los mayores de 65 años.
Sustancias psicoactivas
Las bebidas alcohólicas son sustancias psicoactivas que afectan a las personas en su sistema nervioso central, en la mayoría de los órganos del cuerpo, como así también en los vínculos sociales que mantienen con sus semejantes.
Si bien la mayoría de la población no suele generar dependencia al alcohol, sino que practica el denominado consumo social, existe un número significativo de personas que sí la padecen, de acuerdo a la cantidad de esta sustancia que consumen diariamente, que altera su salud física y mental.
¿Cómo procesa el cuerpo el alcohol? ¿Cuánto tarda en eliminarse del organismo? El hígado es el encargado de “eliminar” el alcohol del organismo, una copa por hora, aproximadamente.
¿Qué medida es una copa? Es el equivalente a una lata de cerveza o un vaso de vino, de sidra o champán. Pero tienen concentraciones de alcohol distintas, en el caso de la cerveza la concentración es de entre el 5 y 6%; en el vino, la graduación alcohólica es del 11%. En cambio, los llamados vinos fortificados, como el vermouth, el oporto o el jerez tiene cerca del 18% de concentración de alcohol, por eso se sirve en copas más pequeñas. En otro nivel se ubican las llamadas bebidas blancas, que tienen alrededor de 40% de graduación alcohólica, en promedio, algunas pueden llegar a tener 45%.
El consumo regular de riesgo es atribuido a aquellas personas que consumen más de dos copas promedio por día en hombres y más de uno en mujeres, por su contextura física, mientras que el consumo episódico excesivo se refiere a las personas que beben más de cinco tragos en una sola oportunidad.
Hay otros casos en los que también se denomina consumo de riesgo según las situaciones o condiciones del beber: no importa qué cantidad se consuma, tan sólo beber un trago hará un consumo de riesgo si la persona conduce algún vehículo o está embarazada. En este sentido, no hay consumo responsable, sino que cualquier consumo será riesgoso y la recomendación debe ser no beber.
Consejos y recomendaciones
- Comer siempre algo antes de consumir alcohol.
- El alcohol deshidrata, por eso es importante tomar agua al mismo tiempo. Si la última vuelta es de agua o jugo, mejor, porque ayuda a tener menos resaca.
- No mezclar alcohol con éxtasis. Esto aumenta el riesgo cardíaco y la deshidratación.
- Nunca mezclar alcohol con medicamentos para la disfunción eréctil. Esto puede disminuir el efecto eréctil de la droga y producir un paro cardíaco o infarto cerebral (hablar con el médico al respecto).
- Tener en cuenta que el alcohol reduce la potencia sexual.
- Ante la existencia de problemas de salud -diabetes, enfermedad hepática, cardiovascular, asma– procurar no tomar alcohol.
- No tomar alcohol si se está embarazada o al cuidado de niños.
- Si una persona toma de más:
- No permitirle manejar.
- Llevarla a un lugar tranquilo y ventilado.
- Si se descompuso o se desmayó, ponerla de costado para que no se ahogue si vomita.
- Aflojarle la ropa, abrigarla.
- No dejarla sola.
- Darle mucha agua.
- Si está muy mal, llamar a emergencias.
- Es importante recordar que toda persona que consume alcohol y otras drogas tiene derecho a:
- Recibir asistencia integral y personalizada en cualquier centro de salud.
- Ser atendida sin discriminación y con el máximo respeto.
- Que se mantenga la confidencialidad de toda información relacionada a la consulta.
- Recibir información veraz y comprensible sobre la consulta y las alternativas terapéuticas.
Fuente: Ministerio de Salud, Organización Mundial de la Salud