Como una casa, debe construirse con un plan integral y a largo plazo que involucre a todos los actores.
América Latina es una de las regiones con mayor desigualdad en el acceso a los servicios de salud: un 30% de las muertes evitables se debe justamente a esta causa, mientras que el 70% restante se debe a su baja calidad. La región debe hacer más por su salud, no sólo en términos de calidad sino de eficiencia, y -por eso- la salud digital aparece como la gran oportunidad para replantear los sistemas sanitarios y lograr que sean mejores y más sustentables.
La historia clínica electrónica trae múltiples beneficios para los pacientes y también en la gestión y la investigación. También es cierto que el proceso de transformación digital es largo, complejo y costoso, y que los estados deben tomarlo como una política pública para sostenerlo más allá de los gobiernos. Ahora bien, ¿cómo se implementa?
Involucrar a todos los actores, tener en claro el punto de partida con un diagnóstico preciso y entender la transformación digital desde de una mirada holística y de largo aliento -pero a la vez establecer objetivos posibles en el corto plazo- son pautas imprescindibles para lograr el éxito, tal como remarca el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en su informe “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe”.
El organismo aclara que la auténtica transformación radical de un sistema de salud requiere de más de tres, cinco u ocho años, y el desarrollo de la transformación digital necesita para madurar de plazos aun mayores.
La “casa digital”
La Organización Panamericana de la Salud definió los principios que deben regir la transformación digital. Un enfoque interesante para su desarrollo es el de una “casa digital”. Al igual que una casa real, la digital precisa de buenos cimientos y la componen distintas partes, que responden a las dimensiones clave de este proceso. Y debe trazarse una hoja de ruta para lograr el éxito.
El financiamiento es imprescindible. Si buscamos soluciones a largo plazo, se debe aumentar la inversión y estas inversiones deben ser eficaces, sostenibles y equitativas, e implementadas de manera coordinada. “La tecnología puede ser transformativa con la implementación adecuada y, siempre y cuando, las inversiones se hagan bien”, señala el BID.
La construcción debe comenzar por identificar los factores críticos. Si una casa incluye una cocina, habrá que construir primero las cañerías y otras instalaciones y después poner los muebles. Con los datos de salud ocurre lo mismo: primero debemos construir una infraestructura que garantice luego la interoperabilidad, la “tubería” por la que fluirán luego esos datos para su intercambio.
La infraestructura (equipamiento necesario para almacenar, procesar y disponer de los datos, marco de gobierno del mismo y sistemas de gestión y operación) es la base sobre las que se asentará la infoestructura, esto es, la interoperabilidad: los procesos que permitirán el procesamiento e intercambio de esos datos, al igual que las normas que garanticen su privacidad y seguridad.
En el piso siguiente de la casa se dispondrán las aplicaciones y servicios digitales: historia clínica electrónica, sistemas de telemedicina, aplicaciones, sistemas de vigilancia epidemiológica y también la propia hoja de ruta de cómo el paciente transitará el ecosistema de salud.
El techo está constituido por lo que se llama política y práctica de salud informadas: el uso secundario de datos de salud para la toma de decisiones, la inclusión digital en salud y la mejora de la eficiencia y calidad de la atención.
Y, por último, los pilares que sostienen toda la estructura, como las columnas de una casa: las personas y la cultura que construyen (pacientes, personal de salud y equipos de gestión del cambio) y, por otra parte, la gobernanza y la gestión (gobierno de datos, liderazgo, presupuesto y marcos normativos).
Como en cualquier construcción, habrá que dividir el curso de acción en fases para presupuestar, identificar fuentes de financiamiento, ir avanzando por etapas y cumpliendo logros intermedios en el camino de terminar la casa, o sea, completar el proceso de transformación digital del sistema.
Y, nuevamente, como en cualquier obra civil, no se puede esperar al final del proceso para corroborar que esté bien hecha. Se necesita incorporar técnicas de medición y mejora continua para supervisar los avances y realizar correcciones a tiempo, validar el rendimiento tecnológico esperado y también demostrar la conveniencia y motivación de seguir invirtiendo en esta transformación.
Ideaton Salud 2022 | Transformación Digital
Ideatón Salud es un concurso de ideas y proyectos impulsado por CAEME como espacio de trabajo colaborativo para generar propuestas innovadoras para el ámbito de salud.
Convocatoria abierta hasta el 07 de agosto, participa en ideatonsalud.ar
Fuente: “La gran oportunidad de la salud digital en América Latina y el Caribe”, Banco Interamericano de Desarrollo