La carga de la enfermedad crece, pero también empieza a haber avances en opciones terapéuticas. Ya estudian cómo garantizar el acceso a las drogas innovadoras.
El Alzheimer es una enfermedad que tiene un enorme impacto en la calidad de vida del paciente y de todo su entorno. Esta patología, que se describió en 1906, representa hasta el 70% de los casos de demencia, un concepto que engloba a los trastornos que se producen cuando el cerebro ya no funciona correctamente.
En un paciente que tiene enfermedad de Alzheimer, las neuronas mueren en regiones específicas del cerebro, que se va “encogiendo”. La consecuencia es que se afectan distintas funciones cognitivas, como hablar, pensar y recordar.
Las causas de esta enfermedad se desconocen, pero en las últimas décadas la ciencia ha avanzado en entender cómo se produce el Alzheimer y, en consecuencia, en la búsqueda de tratamientos más eficaces. Este es uno de los grandes desafíos de la investigación científica y de la industria biofarmacéutica.
El proyecto Rethink
Las enfermedades neurodegenerativas son una de las áreas en las que más esfuerzos y recursos se destinan en investigación y desarrollo. En esta línea, se acaba de lanzar un proyecto innovador que plantea repensar la enfermedad de Alzheimer para mejorar la atención de quienes viven con ella.
Impulsado por la Federación Europea de Industrias Farmacéuticas y Asociaciones (EFPIA) y el Consejo Europeo del Cerebro (EBC), Rethink es una iniciativa que en un principio apunta a analizar la realidad de cinco países europeos (República Checa, Alemania, Italia, Países Bajos y Suecia), pero sus lineamientos pueden ser un camino para que otros trabajen sobre ellos.
Con el envejecimiento de la población, el Alzheimer constituye un serio problema de salud pública. Sólo en Europa se espera que la población con demencia pase de los actuales 9,7 millones a 14 millones en 2030 y que el gasto asociado a estas patologías ascienda a 250.000 millones de euros para ese año. En Argentina, se estima que uno de cada ocho adultos mayores de 65 años tiene Alzheimer.
Nuevos fármacos
El objetivo de Rethink es trabajar con distintos expertos para establecer un marco interdisciplinario respecto de cómo brindar respuestas que sean concretas y, a la vez, sostenibles.
Esto se vincula justamente con las nuevas e innovadoras terapias que se espera que se vayan sumando en los próximos años, con el potencial de modificar la patología subyacente al Alzheimer. Un ejemplo concreto es la aprobación el año pasado de la primera medicación nueva para esta enfermedad en 18 años.
La neurología es un área donde se reenfocó la atención de la investigación y, en el último año, entró en el podio de lanzamientos de fármacos según el informe Tendencias Globales en Investigación y Desarrollo de IQVIA. Hubo 54 nuevas moléculas, una cantidad sólo superada por las patologías infecciosas y vacunas (69) y la oncología (169).
Sin embargo, incluso en los países más avanzados, faltan políticas públicas para asegurar que estos tratamientos innovadores lleguen efectivamente a quienes lo necesitan. Garantizar el acceso es entonces tan imperioso como lanzar nuevas terapias al mercado.
Con esta base, Rethink trabajará sobre la detección temprana y la mejora de los diagnósticos. La confirmación de la enfermedad de manera precoz es fundamental para abordar una estrategia terapéutica.
Diagnóstico precoz
El diagnóstico precoz es clave, ya que esta enfermedad es progresiva, avanza en fases y por lo general los estadios iniciales son asintomáticos.
Según la Asociación de Alzheimer, hay 10 signos de alarma frente a los que se recomienda consultar a un médico:
- Cambios en la memoria que dificultan la vida cotidiana
- Dificultad para planificar o resolver problemas
- Problemas para realizar tareas habituales
- Desorientación en tiempo o lugar
- Dificultad para comprender imágenes visuales o relaciones entre objetos
- Problemas con el uso de la palabra oral o escrita
- Perder cosas y no tener posibilidad de recalcular los pasos para encontrarlas
- Cambios en el buen juicio o tomar malas decisiones
- Pérdida de iniciativa para el trabajo o las actividades sociales
- Cambios en el humor o la personalidad
Fuente: EFPIA, Rethink, Asociación de Alzheimer, Observatorio Sindical de la Salud