Debido a la pandemia, las muertes por tuberculosis subieron por primera vez en más de una década. Hubo menos personas diagnosticadas y tratadas, y menos recursos para investigación e innovación.
Menos diagnósticos y recursos
El número de muertes por tuberculosis registraba un descenso sostenido a nivel global desde 2005, pero en 2020 las cifras aumentaron considerablemente alcanzado el millón y medio, de acuerdo con el último informe sobre tuberculosis (TBC) elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y proyecta que el número de personas que desarrollarán y morirán por esta enfermedad podría seguir creciendo.
Durante la pandemia hubo muchas menos personas diagnosticadas y tratadas o que recibieron tratamiento preventivo de la tuberculosis en comparación con 2019, y también hubo menos recursos para los servicios esenciales de TB, la investigación y la innovación.
Cada año, el 24 de marzo, se conmemora el Día Mundial de la Lucha contra la TBC para concientizar a la población sobre sus devastadoras consecuencias sanitarias, sociales y económicas, y para intensificar los esfuerzos para acabar con ella.
La fecha conmemora el día en el que el médico y microbiólogo alemán Robert Koch anunció que había descubierto la bacteria que causa la tuberculosis en 1882, logro que lo llevó a recibir el Premio Nobel de Medicina en 1905, y abrió el camino hacia el diagnóstico y la cura de esta enfermedad.
Tuberculosis: Prevenible y curable
La tuberculosis sigue siendo una de las enfermedades infecciosas más mortales del mundo. Cada día, en el mundo, más de 4.000 personas pierden la vida a causa de la tuberculosis y cerca de 30.000 enferman aunque es una condición prevenible y curable. En las Américas, a diario mueren más de 70 personas y la contraen cerca de 800.
Esta enfermedad es causada por una bacteria, la mycobacterium tuberculosis, también llamada bacilo de Koch, que suele afectar a los pulmones, pero puede también dañar otras partes del cuerpo. Se propaga cuando las personas enfermas de tuberculosis expulsan las bacterias al aire, por ejemplo, al hablar, toser o estornudar. Esos microbios pueden quedar suspendidos en el aire en espacios cerrados sin ventilación.
La tuberculosis afecta principalmente a los adultos en sus años más productivos, aunque se está en riesgo de contraerla a cualquier edad y más del 95% de los casos y las muertes se concentran en los países en desarrollo.
La Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR) recuerda que se trata de una enfermedad evitable y que se cura, siempre y cuando se cumpla el tratamiento correctamente.
En cuanto a los síntomas, explica que aparecen fiebre, cansancio, falta de apetito, sudor nocturno y pérdida de peso -comunes a otras enfermedades-, pero cuando se agrega tos y expectoración por más de quince días, se considera un sintomático respiratorio y siempre hay que sospechar este diagnóstico. La mejor manera de descubrir la enfermedad es examinando la flema con el microscopio.
Lo único que cura la enfermedad es el tratamiento diario con varios medicamentos, durante un período de 6 a 12 meses, según el caso. En los primeros meses, el paciente experimenta una mejoría notable, pero en realidad no se ha curado; sus lesiones han disminuido, pero aún hay microbios en ellas y, para que mueran, será necesario que siga tomando los medicamentos durante todo el período de tratamiento.
Si se interrumpe o se toma la medicación irregularmente, los bacilos desarrollan resistencia a las drogas, la enfermedad se complica y da lugar a la tuberculosis resistente, un problema mundial cada vez más severo.
Fuentes: Organización Mundial de la Salud (OMS), Asociación Argentina de Medicina Respiratoria (AAMR), Revista científica Nature, Johns Hopkins University of Medicine Coronavirus Resource Center.