El sector es uno de los más controlados de la economía y de los que más invierten en investigación con el objetivo de mejorar la salud.
La farmacéutica es una industria que presenta características que la diferencian de cualquier otra. Invierte fuertemente en tecnología y conocimiento, y el fin último de sus productos es mejorar la salud de la población. Es una industria que cambia radicalmente la vida de las personas y las sociedades, para lo que basta recordar sólo algunos ejemplos de avances en medicamentos a lo largo de la historia, como la penicilina, la insulina y las vacunas.
Pero además es uno de los sectores más regulados de toda la economía, por lo cual los estados ejercen sobre ella un control exhaustivo como sobre casi ninguna otra industria. Es una de las más vigiladas no sólo en cuanto a la difusión de sus productos, con estricta supervisión de sus campañas de marketing, sino también sobre sus desarrollos. Para ser aprobado, un nuevo fármaco debe pasar por diversas y complejas instancias de auditoria de las entidades regulatorias, que mantienen también un seguimiento permanente una vez que el medicamento salió al mercado.
El impacto de la innovación
La industria farmacéutica es también una de las que más está a la vanguardia en cuanto a la innovación. Y diversos estudios midieron cómo la innovación en salud efectivamente tuvo un impacto altamente positivo no sólo a nivel individual, sino en los sistemas sanitarios de todo el mundo. Los medicamentos, junto con los avances diagnósticos y políticas de salud pública, permiten que vivamos más y mejor. Estos son algunos de los indicadores que lo confirman:
1. Esperanza de vida. La mejora relativa de la esperanza de vida atribuible al sector farmacéutico es significativa: entre 2000 y 2009 se ganaron 1,74 años de esperanza de vida, de los que un 73% se debe al efecto de la innovación del sector.
2. Vacunas. Con excepción de la potabilización del agua, ninguna otra medida de salud pública contribuyó a disminuir tanto la mortalidad y morbilidad en la especie humana. Además, los calendarios de vacunación continúan actualizándose con nuevas vacunas, como la del VPH.
3. SIDA. Los antirretrovirales lograron convertir esta enfermedad mortal en una condición crónica. Sólo entre 2010 y 2015, se evitaron 13 millones de muertes a nivel mundial. Y hoy la esperanza de vida de una persona con VIH bajo tratamiento es la misma de alguien que no está infectado con el virus.
4. Cáncer. Es otra enfermedad en la que cambió radicalmente su paradigma desde los años 90, gracias a las nuevas medicaciones. También disminuyó significativamente la cantidad de días que pasan internados los pacientes con cáncer y mejoró su calidad de vida por los menores efectos adversos de estas terapias.
5. Hepatitis C. También en este caso los agentes antivirales lograron una respuesta inédita en el tratamiento de la enfermedad, que llega a tasas de curación del 95%.
6. Medicamentos biológicos. A diferencia de las moléculas de síntesis química, estos fármacos revolucionarios están formados por proteínas producidas por organismos vivos. La aplicación de la biotecnología no sólo abre un futuro prometedor sino que ya cambió hoy el paradigma de atención de enfermedades como la psoriasis y la artritis reumatoidea.
7. Enfermedades raras. En los últimos años se han producido avances muy importantes en el tratamiento de las enfermedades raras, si bien la mayor parte de ellas sigue sin tener cura. El conjunto de medicamentos huérfanos aprobados ha ayudado a reducir la mortalidad prematura y a aumentar los años de vida ganados. Se espera que en el futuro próximo se aprueben tratamientos específicos para otras muchas enfermedades raras.
8. Menos internaciones. Un estudio en Canadá demostró que la reducción estimada en el gasto hospitalario fue más del doble que el aumento en el gasto farmacéutico atribuible a la innovación.
9. Mejor calidad de vida. Los nuevos medicamentos no sólo permitieron modificar el panorama de enfermedades potencialmente mortales, sino que también beneficiaron a pacientes que sufren patologías que no ponen en riesgo su vida, pero que sí tienen un alto costo emocional y productivo, como la artritis reumatoidea, la psoriasis y la migraña.
10. Mayor productividad. Los beneficios de los fármacos innovadores no sólo son medibles directamente en la salud de la población. En Estados Unidos, la pérdida de días de trabajo y de escuela por enfermedad o lesiones decreció significativamente entre 1997 y 2010, en correlación con el aumento de la prescripción de nuevas drogas.
Innovación farmacéutica y crecimiento de la longevidad en 30 países en desarrollo y de altos ingresos, Los beneficios de la innovación farmacéutica: salud, longevidad y ahorro, EFE Salud. El valor social del Medicamento desde una Perspectiva Social, Fundación Weber.